Un ataque llevado a cabo por Israel en la Franja de Gaza ha generado un amplio repudio a nivel internacional y planteado serias preocupaciones sobre la seguridad de los trabajadores de la salud en la región palestina. El incidente, que resultó en la muerte de 15 personas y dejó a 60 heridas, ha desencadenado un debate intenso acerca de las circunstancias que rodearon el ataque y las repercusiones en medio del conflicto en curso.
Israel ha reconocido su responsabilidad en el ataque contra la caravana de ambulancias, argumentando que esta estaba siendo utilizada por una “célula terrorista de Hamas”. Sin embargo, esta versión ha sido prontamente desmentida por las autoridades palestinas, que mantienen que las ambulancias estaban transportando heridos hacia Egipto.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, expresó su consternación por el ataque y subrayó la angustia provocada por las imágenes de los cuerpos en las calles a las afueras del Hospital Al Shifa. Guterres reconoció previos ataques terroristas cometidos por Hamas en Israel, pero hizo hincapié en que, durante casi un mes, los civiles de Gaza, incluyendo niños y mujeres, han enfrentado un asedio que incluye la negación de ayuda, asesinatos y desplazamientos forzados debido a los bombardeos.
La Media Luna Roja palestina ha informado que la caravana estaba compuesta por cinco ambulancias, incluyendo una perteneciente al Ministerio de Salud controlado por Hamas y otra de una organización no gubernamental. El ataque se produjo en las proximidades de la entrada del hospital, y una segunda ambulancia fue alcanzada a aproximadamente un kilómetro de distancia, dejando a varias personas heridas.