El cuerpo de Agostina Rubini Medina fue localizado a través del rastreo de su teléfono celular. Se cree que murió de manera accidental.
La Policía Nacional de Palma de Mallorca, España, confirmó que los restos óseos hallados en la planta de tratamiento de residuos de Son Reus pertenecen a Agostina Rubini Medina, la joven marplatense de 24 años desaparecida en Palma la noche del 2 de octubre de 2024. La chica fue a tomar un trago con un grupo de amigos y nunca volvió a su casa, y tras el hallazgo de los restos se temía el peor final.
Luego de varios meses de incertidumbre, las pruebas de ADN confirmaron que los fragmentos óseos rescatados en el vertedero son de la joven, cerrando una investigación marcada por la angustia, de acuerdo a lo que publicó la Voz de Ibiza este viernes.
La joven oriunda de Mar del Plata se radicó con su familia en Mallorca hace años, estudiaba en la isla Diseño hasta que decidió cambiarse a Integración Social, estudios que cursaba en un centro de formación privada situado a unos veinte minutos andando de la zona de ocio a la que acudió a tomar algo con unos amigos el pasado 2 de octubre, en un bar entre el Passeig Marítim y Santa Catalina, dos de las zonas de ocio palmesanas más populares.
Las pesquisas policiales apuntan a que el fallecimiento de Agostina fue accidental. Según la reconstrucción de los hechos, la joven se metió voluntariamente en un contenedor de basura después de salir con amigos. Los agentes lograron seguir el rastro de su teléfono , que pasó del contenedor a un camión de basuras hasta llegar a Son Reus, donde su señal desapareció.
La Policía paralizó la actividad de la planta e inspeccionó más de 60.000 toneladas de residuos durante un mes en turnos de 24 horas. Entre los desechos, los investigadores hallaron más de 1.000 fragmentos óseos. Solo dos resultaron ser humanos y fueron enviados al laboratorio para su análisis genético. El cotejo de ADN con muestras de los familiares confirmó que los restos pertenecen a Agostina.
Tras esta confirmación científica, la Policía Nacional dio por finalizada la investigación, descartando la intervención de terceras personas. El caso sumó la colaboración del Instituto de Medicina Legal de Baleares, la Brigada Provincial de Policía Judicial y la Policía Científica, además del apoyo de la empresa gestora de Son Reus.