Comida para ratas

Pan con excremento de ratas, tomates podridos, papas en mal estado, cebollas incomibles.

Recibir productos que no sirven y que pueden ocasionar grandes daños en la salud se hizo corriente para una mujer sufrida y luchadora como María Rivero, la responsable del comedor popular Gauchito Gil.

María conoce la desesperación, el hambre y la impotencia. No hace mucho, en una decisión equivocada que jamás debe repetir (ni ella ni nadie), se provocó graves lesiones al prenderse fuego. Lo hizo para llamar la atención, pero no sirvió de mucho.

Hoy sigue penando con su comedor, que para muchos vecinos del norte capitalino es la única posibilidad de recibir un plato de comida.

María la pelea todos los días, pero recibe muchos cachetazos, mucha indiferencia, y los golpes llegan más seguido que las soluciones que necesita.

La comida con excremento de roedores fue el último atropello que sufrió.

Se quejó, y por toda respuesta le cerraron el comedor. Le echaron la culpa al proveedor, y no recibirá nada hasta que encuentren otro.

¿Qué respuesta se les puede dar a los que se acerquen al gauchito Gil a pedir comida?

Habrá que decirles que no hay plata para llevarles alimentos sanos y en buen estado.

No hay porque más importante que llenarle la panza a chicos y grandes en el barrio, es arreglar el estadio, que ya se comió 100 millones de pesos y se va a comer cien millones más.

No hay plata porque hay que mantener una flota de cientos de vehículos oficiales con vales de nafta para una multitud de funcionarios, aunque no se pueda ni salir de la provincia.

No hay plata porque es más importante invertir en otro avión.

No hay plata porque es más importante atender a los “inversores” extranjeros que vienen con promesas millonarias a llevarse lo nuestro.

No hay plata, porque sobran fondos para cualquier cosa menos atender a la gente que lo necesita.

Total, falta tanto para las elecciones, para qué desperdiciar recursos.

Desde esta columna de opinión nos preguntamos cuanto pagó el Ministerio de Desarrollo Social por esta comida en mal estado, además sería bueno saber quienes son los proveedores, donde se publica esta información o los llamados a licitación y quienes resultan ganadores para saber los precios que se pagan por la mercadería a los proveedores de este organismo.

El Catucho.

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