Hace un mes que se ruega por todos los medios a la población que permanezca en sus casas. El país enfrenta la amenaza de una pandemia sin precedentes en la era moderna, que ya tiene 2,5 millones de infectados alrededor del mundo (contando sólo los casos oficiales, que se cree son una tercera o cuarta parte de los reales), y dejó un tendal de alrededor de 170.000 muertos.
No hay vacuna ni medicación conocida contra el coronavirus, que se contagia a la velocidad de la luz, y la única arma con la que se cuenta para combatirlo es el aislamiento social.
El Presidente de la Nación, Alberto Fernández, contra viento y marea, decidió priorizar la vida. Sabe, y sabemos todos, que las consecuencias económicas serán durísimas, pero puso en primer lugar a la salud.
Así, se cerraron fábricas, se cancelaron eventos deportivos, espectáculos, se cerraron restaurantes, bares, hoteles, comercios, transportes, vuelos. El país entero está paralizado, porque hay una consigna mayor: sobrevivir. No contagiarse, no expandir el virus persona a persona.
En este dramático contexto, en Catamarca asistimos a un acto cruel, manipulador, irresponsable y soberbio, que es la realización de caravanas por los barrios, para pasear la imagen de la Virgen del Valle, generando aglomeraciones que atentan contra la salud pública y ponen en riesgo a todos, sin respetar las normas y leyes vigentes.
Hay miles de personas que fueron detenidas por circular por la calle sin justificación, hay personas que enfrentan causas judiciales bajo severos cargos por salir a la calle. Y la Iglesia Católica, en complicidad con el Estado que mira para otro lado y avala, decide por su cuenta que está exenta de cumplir la ley, hace lo que no pueden hacer ni el fútbol, ni los músicos, ni los comerciantes.
Las actividades religiosas con concentración de personas están expresamente prohibidas. Pero el obispo Luis Urbanc decidió que él puede hacer lo que se le de la gana. Si un culto con menos convocatoria realiza un acto congregando gente, van todos presos. Ellos no, ellos están por encima de la ley y la salud pública.
Es una locura lo que está pasando en Catamarca, ante autoridades siempre genuflexas, temerosas y sumisas ante el poder eclesiástico, que así como mete la mano en el bolsillo de los contribuyentes para sus intereses particulares de manera constante, ahora también se excluye del cumplimiento de la Ley.
¿Asumirá su responsabilidad Urbanc si el coronavirus se desparrama entre los catamarqueños? ¿Asumirán su responsabilidad los políticos que no dejan entrar a catamarqueños que quedaron varados afuera pero permiten este show medieval patético?
Hay una gran mala intención detrás de estas caravanas, hechas bajo la pantalla de la fe.
La Iglesia salió a declararse en quiebra y a pedir dinero a los fieles, asegurando que no tienen recursos porque no reciben las limosnas de las misas. Y al mismo tiempo quieren convencer a la gente de que en Catamarca no hay coronavirus por la protección mágica de la Virgen, una barbaridad que se instala para sacar beneficio.
El país se horrorizó cuando el Pastor Giménez pedía 1.000 pesos por alcohol en gel. Pero aquí piden millones a cambio de una “protección” divina manipulando a la población con argumentos criminales.
Urbanc se declaró sin recursos a menos de un mes de iniciada la cuarentema, cuando su Iglesia estaba organizando un Congreso Mariano que convocaría a cientos de miles de personas, incluyendo un despliegue logístico enorme y obras millonarias en la Gruta.
¿Cómo ahora no tiene dinero si iban a hacer semejante gasto? Fácil, ese gasto lo hacían con nuestro dinero, porque históricamente la Iglesia en Catamarca se sostuvo apoyada en gobiernos serviles que destinaron y destinan fortunas a un culto sin justificación alguna.
Lo que hace el Obispo con estas patéticas salidas ofreciendo protección divina, es una propaganda para su recaudación de dinero, convenciendo a los catamarqueños de que la Virgen protege contra el coronavirus (al parecer contra el dengue no funciona).
Pero veamos, ¿necesita dinero realmente? Los ingresos de la Iglesia Católica, que en 2011 fueron estimados por el World Factbook de la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos en 455.5 millones de dólares, provienen de la venta de productos turísticos, libros y la entrada a los Museos Vaticanos, en el Estado, y del dinero que llega del extranjero a través de las contribuciones de católicos alrededor del mundo.
Desde el 8 de julio del 2014, los asuntos económicos de la Santa Sede son competencia de la Secretaría de Economía, un secretariado creado por el papa Francisco para sustituir a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, ante los reclamos de transparencia. En el sitio del Vaticano no hay información financiera de esta Secretaría.
El Instituto para las Obras de Religión (IOR) sí cuenta con estados financieros para conocer su situación. Esta institución, comúnmente conocida como Banco Vaticano, tiene como fin financiar las actividades de iglesias locales de los países más pobres, donde las aportaciones de sus miembros no alcanzan a cubrir los gastos.
Como administrador, el IOR tiene la facultad de administrar y transferir los recursos, además de invertirlos, principalmente en activos de poco riesgo como bonos gubernamentales.
De acuerdo con el Reporte Anual del 2014, el más reciente publicado, el IOR contaba con activos por 3,210 millones de euros, entre los que se encuentran 567.4 millones en efectivo y bancos, y 1,718 millones en activos financieros.
Mientras que los ingresos operativos para el año fueron de 104.5 millones de euros y la ganancia del año fue de 69.3 millones de euros. Sin embargo, esta institución “no es de lucro”.
En cuanto al monto exacto del dinero que tiene la Iglesia Católica en su posesión o cuánto valen los edificios y terrenos que posee en Catamarca, es difícil calcularlo y posiblemente nadie lo sepa con certeza absoluta.
Sí se sabe que el Estado les paga jugosos y suculentos sueldos, les paga las obras, les paga servicios. Y en el momento en que la población enfrenta una crisis y los necesita, en lugar de ayudar, salen a pedir más.
Es repugnante, y es indignante la cobarde pasividad de las autoridades. Usan a la gente para sus negocios, y no sólo la pandemia no los detiene, sino que quieren sacar provecho del miedo de la gente. Deberían responder ante la Justicia por poner en riesgo la salud pública .
El Catucho
Buenas noches. A ver…. realmente no se a quien le estoy escribiendo. Usted “señor catucho” ya que ” sabe tanto” sabelotodo de las cuestiones monetarias de la iglesia católica, por que no da la cara con nombre y apellido, ya que usted sr cartucho si pone los nombres y apellidos del obispo y demás? Me parece que usted es una persona poco creíble ya que se hace llamar “catucho”
Mucho odio en tu nota, por eso firmas con el anonimato… Seguro no pautaste alguna publicidad con la iglesia que defenestras, una cosa es la Iglesia Institución y otra la Fe y devoción de los Catamarqueños por su Virgen Del Valle… Te dejo.mi nombre y apellido no un anónimo como El Catucho, que de seguro y me.la juego no sos de Catamarca…
Buen día ,creo que sus palabras tiene resentimiento y algo personal con el culto católico , porque los catamarqueño no hace la cuarentena de qué el presidente firmo el decreto y tampoco el gobierno de Catamarca respuesta la cuarentena porque hay muchos permiso especiales ,sobre las personas que están en otras provincias están entrando a Catamarca por si no vio las colas que hay en la ruta para que lo autoricen entra,sobre la caravana estoy de acuerdo que las personas son unos inrreponsable y lo son de un principio de qué comenso la cuarentena, porque si ve el video el obispo pide por favor que se queden en las casa , pero las persona no hizo ni hacen caso , porque el obispo se tiene que hacer cargo de las acciones de los demás , usted cómo persona se debe hacer cargo de sus decisiones, sabiendo lo que decida tiene consecuencias, creo que hay que decir las cosas como son y no inventar algo por solo echo tener algo personal.
No sé quién escribió está nota pero, veo demasiado rencor en las palabras d quien escribe, la verdad no m enoja x el contrario siento pena x esta persona cn tanto rencor en su alma, no le falta el respeto solo a quienes profesamos la fe católica en catakarca sino tmb, a todos las Miles d personas q aman y vienen a nuestra tierra a dar gracias a nuestra Virgen dl Valle! Si va a infórmanos no es necesario tratar mal al lector ni faltar el respeto a nuestra fe, nuestra Amada Madre nos protege y bendice siempre! Creo q cm se informó d los ingresos de la iglesia católica tmb debería saber los gastos y las miles d obras q existen en todo el mundo! Hay miles d cultos y a diferencia d muchos en nuestra religión nadie está obligado a pagar un diesmo, quienes lo hacemos entendemos q la solidaridad, el amor al prójimo y la humildad es la base d nuestra fe. Entiendo y respeto q ud no profese mi fe! Pero no insulte ni denigre a quienes si lo hacemos!
Es un pelotudo el que le puso el título a esta nota..
Porfavor quisiera saber quien redacto esta nota. Bajo el seudonimo catucho
Brillante y muy corajudo exposición. Felicitaciones a su autor
Incumplir la ley está mal, pero un poco de sentido común al que escribió el artículo, no hay coronavirus en Catamarca, por ende, no se pueden contagiar, que no tengan ética es otra cosa, el gobierno de Catamarca demostró gran ignorancia, hoy, por los menos en Catamarca, podríamos tener actividades normales, siempre y cuando se controle quien entra y sale de la provincia.
Vergüenza que arme un artículo como este. Gracias a la virgen los catamarqueños estamos bien. Descaro en escribir semejante ironía.
Triste comentario, más aún si no tienes nombre y apellido. Los Católicos cuando asistimos a misa dejamos la limosna, si queremos, podemos o tenemos ganas. Muy por el contrario de algunas otras denominaciones (sin ofender) exijen una suma fija llamada diezmo. Pido disculpas por mi comentario. Pero no creo que tú catucho estés en condiciones de criticar y hablar de la Iglesia Católica. Deberías ponerte COBARDE Y NO CATUCHO. Espero que nunca necesites un favor de Dios y tengas que acudir a Nuestra Madre del Valle.