El ministro de Economía, Sergio Massa, viajará esta semana a Estados Unidos para negociar con funcionarios del Fondo Monetario Internacional y del Gobierno norteamericano un alivio en el frente externo para atravesar sin sobresaltos el impacto de la sequía. Alberto Fernández, luego de su reunión, lo catalogó como un “puente” hasta el año que viene. Las gestiones incluyen recalibrar las metas del programa, adaptar el cronograma de desembolsos y conseguir fondos frescos de organismos multilaterales.
A esta hora la mayor parte de los esfuerzos de la gestión están enfocados en conseguir dólares. No es novedad. En el Palacio de Hacienda incluso le ponen un número concreto a esa carrera a contrarreloj para reforzar las reservas del Banco Central: u$s10.000 millones. Esa cifra, según explican, garantiza llegar hasta la próxima cosecha sin grandes problemas en el plano cambiario.
La segunda funcionaria en importancia de la diplomacia estadounidense fue designada por Biden para continuar la agenda que se trazó en la bilateral con Alberto Fernández. El punto central allí es el “operativo puente” para sortear al menos por este año el impacto de la sequía en el sector externo. Para eso el Gobierno apunta especialmente a modificar las metas del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y a sumar financiamiento de organismos multilaterales, dicen, por hasta unos u$s5.000 millones.
En todos esos aspectos Estados Unidos juega un rol fundamental. Como accionista mayoritario y como conductor político. Según cuentan en Economía, Sherman pidió específicamente reunirse con Massa que, se sabe, tiene aceitados vínculos en el país del norte. Otros puntos de la negociación también pasan por el comercio: Argentina quiere ingresar a un sistema de preferencias que le quitaría aranceles a sus productos. También apuntan a que se aceleren las inversiones en litio, donde por ahora hay un fuerte predominio chino.