Por unanimidad, los cabos primero Lucas Gómez y Javier Alarcón fueron sentenciados por el delito de “homicidio calificado”.
La Cámara Octava del Crimen de Córdoba condenó a perpetua a los dos suboficiales que dispararon y mataron a Blas Correas en agosto de 2020.
Se trata de Lucas Damián Gómez que según la fiscalía disparó cuatro balas y Javier Catriel Alarcón que también baleó el auto en el que la víctima iba con sus amigos. Además, fueron inhabilitados de por vida para ejercer cargos públicos.
Todas las condenas a los acusados del crimen de Blas Correas
- Sergio Alejandro González: condenado a 4 años y 10 meses de prisión.
- Walter Eduardo Soria: condenado a 4 años y 9 meses.
- Enzo Gustavo Quiroga: condenado a 4 años y 8 meses.
- Jorge Ariel Galleguillo: condenado a 4 años y 8 meses.
- Yamila Florencia Martínez: condenada a 4 años y 3 meses e inhabilitación para ejercer cargos públicos. Seguirá con prisión domiciliaria.
- Leandro Alexis Quevedo: condenado a 4 años de prisión
- Juan Antonio Gatica: condenado a 4 años de prisión.
- Wanda Micaela Esquivel: condenada a 3 años y 10 meses de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos.
- Ezequiel Agustín Vélez: condenado a 2 años y 6 meses de prisión
- Leonardo Alejandro Martínez: absuelto.
- Rodrigo Emanuel Toloza: absuelto.
El Caso
En la noche del 6 de agosto de 2020, según lo que estaba permitido en ese entonces en la ciudad de Córdoba por la pandemia del Covid-19, Blas Correas salió de un bar con amigos, y cuando volvían los cinco en un Fiat Argo, se cruzaron con un control vehicular policial.
Los jóvenes antes habían tenido un incidente con unos motoqueros y, por una mala maniobra, los hombres avisaron a la policía de la extraña situación. Cuando pasaron por el control, los agentes ya sabían de lo ocurrido.
Según dijeron en un primer momento los chicos que iban en el auto, y volvieron a sostener en sus declaraciones durante el juicio, el joven que manejaba esa noche se asustó porque los oficiales tenían sus armas desenfundadas, por lo que en lugar de frenar ante el control, avanzó su auto. En ese entonces, sin reparos, los policías dispararon contra el vehículo y una de esas balas impactó de lleno desde atrás en el omóplato de Blas.
Asustados ante la situación, los chicos llevaron a Correas rápidamente hacia la clínica Aconcagua, donde no quisieron atenderlo. Por ello, hoy se tramita otra causa que fue elevada a juicio. Los empleados Sergio Casalino, Guadalupe Moya y Paola Andrea Mezzacapo están imputados por “abandono de persona” y “omisión de auxilio”.
Ante la falta de ayuda, los amigos del joven decidieron ir a otro centro médico porque hasta ese entonces Correas todavía respiraba. Sin embargo, pocas cuadras después fueron detenidos por los oficiales que los buscaban tras haber huido del control. Allí mismo un médico constató la muerte de Blas.