No será una semana más en la relación entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Entre hoy y el miércoles, el director gerente para el Hemisferio Occidental, Ilan Goldfjan, entregará en mano a los integrantes del board del organismo el trabajo elaborado por sus comandados Julie Kozac y Luis Cubeddu, sobre la inspección realizada en Argentina de manera virtual, correspondiente a la primera misión del Facilidades Extendidas. La directora adjunta y el jefe del caso argentino elaboraron la semana pasada sus visiones sobre la marcha del país; y ya elevaron sus conclusiones a su jefe directo Goldfjan.
En ese texto se introdujeron los argumentos para la aprobación general del período enero-marzo, las primeras proyecciones para el lapso abril-junio; como también las previsiones de ambos sobre el futuro del acuerdo. Esto incluye la seguridad de que habrá que renegociar varios de los capítulos del Facilidades Extendidas. Todos lo saben. Tanto en Washington como en Buenos Aires. Será cuestión de negociar entre julio y agosto cuando las partes vuelvan a reunirse para discutir las pautas del segundo trimestre del año, cuando ya estará más claro que el país no podrá cumplir las metas pactadas y aprobadas el 25 de marzo pasado. Mientras tanto, habrá que pasar esta semana un nuevo examen.
El viernes el país entrará nuevamente en fiscalización general del board, donde el caso argentino se discutirá y analizará en detalle. Se aprobará el trabajo elaborado por Kozac y Cubeddu, y avalado por Goldfjan; pero habrá que pasar el tamiz siempre crítico de los integrantes del directorio; donde hay miembros que, casi por tradición (lo que no implica que no tengan razón), se ensañan particularmente en criticar a la economía argentina.
Se descarta que en este pelotón se ubicarán Japón, Países Bajos, Gran Bretaña y muchos otros estados europeos. Y puede ser que también se sume Estados Unidos. Si bien votarán a favor casi por unanimidad (siempre lo hacen cuando se recomienda un voto positivo desde los técnicos del FMI), tendrán la oportunidad de analizar que el país difícilmente cumpla lo pactado. Será en esos momentos donde habrá que seguir la vehemencia de la exposición obligatoria de Goldfjan, y si el brasileño-israelí se transforma en un defensor de la causa argentina, o en su principal crítico. El director para el Hemisferio Occidental es el responsable máximo del FMI en la fiscalización de la economía local y en el seguimiento del caso criollo. Fue designado en su cargo en febrero, con el explícito mandato (aceptado por él mismo) de llevar detenidamente el caso argentino bajo su custodia. Y desde el primero momento, Goldfajn le dejó en claro a los hombres y mujeres de Buenos Aires que es el máximo responsable ante el board del organismo del éxito o fracaso del Facilidades Extendidas aprobado (con muchas dudas) el 25 de marzo. El director había afirmado en la reunión de Primavera del FMI y el Banco Mundial de Washington que ese compromiso sería cumplido a rajatabla, y que sería duro en la fiscalización. Y que esa tarea incluiría la recalibración de números y porcentajes para evaluar y descartar potenciales waivers.
El viernes será la primera vez que cumpla este mandato público ante el board. El expresidente del Banco Central de Brasil sabe que no es poco lo que está en juego. Sabe que un fracaso en el Facilidades Extendidas argentino podría asimilarlo con el futuro de su trabajo como hombre fuerte de la comarca occidental dentro del FMI.