El Xeneize, con dos ventas ya concretadas, se prepara para invertir en la ventana invernal que seguramente tendrá mucho más movimiento que el año pasado.
Las limitaciones por la pandemia del coronavirus decretada en marzo de 2020 y la postura conservadora de los clubes desalentaron todo tipo de operaciones en Europa, continente que dicta el ritmo de las transferencias a nivel mundial, de cara a la temporada que aún se está disputando. Y si bien la mayoría de los equipos se reorganizaron y lograron salir a flote pese a la escasa incursión en ese ámbito, los entendidos en el tema adelantan que habrá importantes novedades a partir de junio.
Boca, por lo pronto, finiquitó dos salidas que tenía stand by. Se trata de los pases de Lucas Olaza e Iván Marcone, quienes fueron adquiridos de forma definitiva por los actuales conjuntos a los que pertenecen a través de sus respectivas cláusulas de compra obligatorias. La noticia fue confirmada desde la entidad de la Ribera a este medio.
Con estas dos ventas garantizadas, Boca embolsará casi 10 millones de dólares que en su totalidad -o al menos en gran parte- serán invertidos en el próximo mercado de pases. El Consejo de Fútbol apunta a un salto de calidad en junio para brindarle herramientas a Russo de cara a la hipotética segunda fase de Libertadores y sus rondas eliminatorias. La obsesión por la Séptima continúa latente así como la bronca por no haber accedido a la final en la edición pasada.
Como siempre, Juan Román Riquelme y su grupo de trabajo estará pendiente de alguna posibilidad que surja, aunque seguirán abocados fundamentalmente a la contratación de un lateral derecho y uno o dos delanteros de área que suplan la reciente baja de Wanchope Ábila. Todos los cañones siguen apuntando a Inglaterra: sueñan con convencer al uruguayo Edinson Cavani.