“Creemos que es sumamente importante que las clases comiencen con sus actividades presenciales en las instituciones educativas del territorio nacional”, comienza expresando la Alianza de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) en un comunicado.
“Observamos con claridad la difícil situación sanitaria que se sostiene. Como también observamos la mayoritaria cantidad de actividades sociales que se han habilitado, como colonias de vacaciones, esparcimiento, recreación, restaurantes, centros comerciales, actividad turística, etc. Lo celebramos. Y acompañamos la toma de conciencia para realizar todas estas actividades con los correspondientes protocolos de seguridad e higiene frente a la amenaza de contagios de Covid19 e incluso otros flagelos contemporáneos como el dengue. Por eso, y del mismo modo, consideramos que el retorno presencial a las aulas escolares es indispensable y no se debe postergar más”, advierten.
En esa línea, detallan: “tanto los docentes, como los equipos de conducción, los estudiantes y las familias, e incluso las autoridades educativas, realizaron durante el año pasado un gran esfuerzo con el afán de sostener el desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje en el marco de la cuarentena. El modo de enseñanza remoto a través de plataformas digitales fue un enorme desafío. No obstante, el gran empeño de toda la comunidad educativa, los resultados fueron negativos, por múltiples razones.”
“Pero la conclusión innegable es la siguiente: el sistema público de enseñanza, tanto de gestión estatal como privada, deber recuperar en carácter de urgente la presencialidad. El proceso de enseñanza mediante la socialización es irreemplazable. El trabajo presencial al impartir conocimientos es de gran importancia para la formación de las habilidades cognitivas, físicas y sociales de los niños, porque crea oportunidades que la virtualidad no logra proveer. Aunque celebramos que el sistema haya sido desafiado a incorporar tecnología, innovación y procesos digitales, lo cierto es que el contacto personal entre docentes y alumnos, y entre los mismos educandos, equilibra las desigualdades sociales, pues no sólo se basan en la instrucción, sino en la socialización y gestión de conflictos. Las habilidades blandas que la escuela debe contribuir a enseñar, dependen en enorme proporción de la convivencia presencial de nuestros alumnos en las aulas.”
Por otro lado, mencionan que “no podemos dejar de visibilizar la ampliación de la brecha social de los sectores más vulnerables, que ascienden a más del sesenta por ciento de pobreza infantil, no logran acceder a una educación de calidad, y mucho menos a la educación a distancia a través del uso de medios digitales. Junto a la cantidad de estudiantes que abandonaron sus clases por falta de tecnología, y de conectividad adecuadas.”
“Es por ello que solicitamos a las autoridades educativas del ámbito nacional y provincial arbitrar todos los medios y recursos para recuperar la presencialidad, bajo condiciones de seguridad sanitaria y cuidado de la salud de la comunidad educativa”, piden en el documento.