Después del desmadre del primer día de pago a jubilados, con multitudes que hicieron trizas todas las recomendaciones de distancia saludable para luchar contra el coronavirus, la ciudad de Catamarca picó en punta con un gran despliegue que sirvió de ejemplo.
Pusieron sillas en las calles guardando la distancia preventiva, se pusieron ambulancias, médicos y enfermeras, se sirvieron colaciones a los abuelos, se les tomó la temperatura, se repartió alcohol en gel y hasta se hicieron vacunaciones. Brillante. A nadie se le ocurrió prevenir el primer día y se reaccionó tras el desborde, pero rápido y bien: los problemas no se repitieron.
La pregunta es por qué son empleados municipales los que tienen que trabajar hasta la madrugada para preparar todo, mientras los que más ganan esperan que les lleven todo servido.
Un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) se refirió a uno de los principales ganadores de los últimos años: los bancos. En los primeros ocho meses de 2019, ganaron 3 mil millones de pesos por día sólo en concepto de intereses de las Leliqs.
Con un dejo de ironía, desde la UNDAV recordaron qué podría hacerse con un mes de intereses de las Leliqs: 5.000 km de autopistas, 33.000 viviendas, 457.000 becas para la investigación, pagar el ingreso de 6.000.000 de cooperativistas, otorgar 70.000.000 prestaciones alimentarias y 386.000.000 de coberturas de medicamentos.
Asimismo, el informe describió que “el crecimiento exponencial de este instrumento a cortísimo plazo (7 días) y que permite a los bancos obtener ganancias suculentas en tiempos de crisis, surge a partir de la capitalización creciente de los intereses del mismo y que ya reporta ingresos a los bancos por $ 3 mil millones al día”. También advirtió que los intereses que el Banco Central le paga a los bancos privados en concepto de las Leliqs, equivalen a 20 millones de Asignaciones Universales por hijo, 4,5 millones de jubilaciones mínimas y 4,2 millones de salarios mínimos.
De enero a enero, la plata es del banquero, dice el viejo refrán. Y queda claro que no es un sector que esté sufriendo paricularmente.
En los últimos 12 meses, la rentabilidad del sistema financiero aumentó un 81,3%, lo que significa una ganancia sobre la inflación de más del 45%.
¿No podrían ahora colaborar? ¿No podrían ayudar a la comunidad en lugar de ponerse en exquisitos y salir con exigencias para pagarle a los abuelos su mísera jubilación?
La visión del catucho