Una docena de muertos, y aquí no ha pasado nada

El juez Ramón Porfirio Acuña sobreseyó a los 13 imputados por la tragedia de El Rodeo, con lo cual no quedan responsables por las consecuencias del recordado alud.

Casi siete años pasaron, y aunque todavía hay lugar para apelaciones, lo que la Justicia les dice hoy a los catamarqueños y especialmente a los familiares de las víctimas, es que aquí sólo hubo un hecho de la naturaleza.

Las vidas de Agostina Ahumada (5), Daiana Ahumada (7), Candelaria Díaz Mendibe (7), Darío Álvarez (14), Emiliano Álvarez (26), Romina Silva de Ahumada (30), María Mendibe de Díaz (39), Graciela Contreras de Álvarez (51 años), Adrián Libio Álvarez (54), María Luisa Castiglione (56), Dora de Castiglione (78) y Ana Carolina Sal (23), cuyo cuerpo nunca apareció, se perdieron y no hay respuesta.

Es verdad que aquí no se habla de asesinatos ni criminales: ninguna persona provocó la tragedia intencionalmente. Pero hace años que se sostiene que lo ocurrido no fue sólo producto del desastre natural, sino que hubo acciones e inacciones que potenciaron la tragedia. Es decir que hubo responsabilidades, por ejemplo, en la construcción del famoso puente que desvió el alud hacia la zona poblada, y el sistema de alarmas que falló estrepitosamente.

No lo decimos nosotros, lo dijo gente preparada, como los profesionales del Colegio de Geólogos de Catamarca, que estudiaron en profundidad el tema.

En su momento los geólogos presentaron al gobierno un informe sobre las causas que produjeron las tragedias de El Rodeo y Siján, donde determinaron, entre otras cuestiones, que los puentes de la villa ambateña estaban mal emplazados y que debían tomarse recaudos urgentes ante la posibilidad de que el río volviera a desbordarse.

Para los especialistas, el avance urbano en los márgenes y el emplazamiento de defensas en terrenos circunscriptos a la dinámica fluvial suprimieron el cauce de crecida y reducido la sección del lecho ordinario. En vista de ello, ante las enormes precipitaciones acaecidas, el río se vio incapacitado para contener el aluvión dentro de su curso normal.

Según se explica, la velocidad de flujo normal ronda los 6 m³/seg., mientras que en la crecida del 23 de enero de 2014 se precisó un rango de entre 489 y 579 m³/seg.

El puente se hizo en 2010 sobre calle Las Hortensias, en inmediaciones de la rotonda del Mástil de la villa, y fue el centro de los cuestionamientos luego de la tragedia, porque desvió lodo y piedras y avanzó sobre la “zona de Villafáñez” arrasando con todo.

Los autores de ese documento fueron los licenciados Alfredo Marchioli, Gustavo Báez, Luis Segura, Silvia Watkins, Gabriela Luna Tula, Héctor Olima y Lorenzo Parra, quienes lo entregaron en mano al entonces vicegobernador Dalmacio Mera.

Hoy la Justicia dice otra cosa: una docena de muertos y aquí no ha pasado nada.

Quedan favorecidos por este fallo Eduardo Brizuela del Moral (ex gobernador), Néstor Rosales (ex administrador de Vialidad Provincial), Jorge Solá Jais (ex administrador de VP), Luis Alejandro Dal Bon, Elías del Señor Seleme, Hugo César Zurita, Miguel Ángel Villafáñez, José Alberto Argañaraz, Daniel Alejandro Acuña, Luis Alfredo Pinetta, Juan Negui (secretario de Recursos Hídricos), Félix Casas Doering (ex intendente de El Rodeo) y Alfredo Saavedra (ex director de Defensa Civil).

La Visión del Catucho

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