Un conductor estrelló su coche contra la valla de la Embajada de Rusia en Rumania

El vehículo se prendió fuego y el hombre, que habría chocado de forma deliberada, murió poco después. Había sido condenado el martes a 15 años y cuatro meses de prisión por abusar de su hija.

El conductor de un vehículo se ha quemado este miércoles a lo bonzo y ha estrellado su coche contra la valla del perímetro del edificio de la Embajada de Rusia en Rumania como señal de protesta por la invasión rusa de Ucrania.

El coche se ha incendiado poco después y, según las autoridades de Bucarest, el conductor, que ha sido identificado como Bogdan Draghich, ha muerto, tal y como ha informado el diario Click!.

Fuentes cercanas al asunto han revelado que el hombre ha empotrado su coche de forma deliberada mientras gritaba a los agentes de seguridad de la misión diplomática. La zona ha sido acordonada y el tráfico se encuentra suspendido en este momento.

Draghich, un abogado que había sido condenado esta semana a prisión por abusar de su hija, había publicado horas antes en su cuenta de Facebook un mensaje en el que alertaba de que “gente inocente está muriendo minuto a minuto en Ucrania”. Así, ha condenado la guerra y ha reivindicado que “él también es ucraniano”. De esta forma, ha querido trasladar su solidaridad con el pueblo de Ucrania.

“La Humanidad está pasando por una crisis que parece tender al apocalipsis”, ha matizado antes de condenar las acciones del “mundo democrático por no tomar medidas más contundentes frente a (Vladimir) Putin”, a quien compara con Adolf Hitler.

Además, ha denunciado que se están cometiendo “horribles masacres en suelo ucraniano, donde millones de víctimas buscan refugio en otros países”.

Draghich fue detenido en 2019 acusado de cometer abusos sexuales contra su hija. El martes, justo un día antes de estrellarse contra la valla, fue condenado a 15 años y cuatro meses de prisión, si bien podía recurrir la sentencia.

Rusia denuncia lo ocurrido

Más tarde, la portavoz del Ministerio de Exteriores rusa, Maria Zajarova, ha tildado el suceso como “algo monstruoso” y advirtió de que lo ocurrido no es tan solo un “incidente”, sino “un crimen”, según agencias oficiales rusas.

“Ese crimen no es un incidente, se puso en peligro la seguridad de las instituciones extranjeras rusas, también murió un ciudadano local”, ha denunciado Zajarova.

En el marco de lo ocurrido, la portavoz ha recordado que, según la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, el país anfitrión tiene la obligación de garantizar la seguridad y protección de las instituciones extranjeras ante cualquier daño.

Así pues, Zajarova ha incidido en que las autoridades rumanas deberían actuar “en pleno acuerdo con sus obligaciones internacionales”. “Esperamos ver los resultados de la investigación”, ha añadido.

Fuente: Infobae

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