Las tensiones entre Rusia y Ucrania alcanzaron un nuevo nivel cuando las autoridades rusas informaron que sus fuerzas habían derribado drones ucranianos que se dirigían hacia Moscú y la península de Crimea. El ataque resultó en daños a dos torres de oficinas en la capital rusa y obligó al cierre temporal de un aeropuerto internacional.
El Ministerio de Defensa ruso comunicó que uno de los drones fue interceptado y derribado en las afueras de Moscú, mientras que otros dos fueron “suprimidos por guerra electrónica” y se estrellaron en un complejo de oficinas. Afortunadamente, no hubo reportes de heridos por los incidentes.
Este episodio agudiza aún más la tensión entre ambos países, ya que la región de Moscú no había sido blanco de ataques frecuentes durante el año 2022. Sin embargo, este año se han registrado varios incidentes protagonizados por drones, incluyendo un ataque en mayo contra un edificio emblemático del Kremlin.
Las autoridades rusas tildaron los ataques como un intento de “ataque terrorista” realizado por el régimen de Kiev con vehículos aéreos no tripulados sobre Moscú. Sin embargo, las fuerzas rusas lograron neutralizar la amenaza en su totalidad.
Además de los daños locales, el aeropuerto internacional Vnukovo, que sirve a la capital rusa, se vio afectado por los drones en su espacio aéreo, lo que llevó al cierre temporal de salidas y llegadas. Los vuelos fueron redireccionados hacia otras ciudades para garantizar la seguridad de la zona.