Las tensiones dentro del peronismo bonaerense siguen en aumento. Aunque la unidad parecía fortalecida tras el enfrentamiento con el gobierno de Javier Milei, una sola declaración bastó para dejar en evidencia las fracturas internas. La senadora provincial Teresa García, cercana a Cristina Kirchner, marcó una línea clara al señalar que Axel Kicillof ya no representa al mismo espacio político del que formaba parte.
“Habiendo sido Axel parte de nuestro espacio, reflejaba el kirchnerismo y el peronismo más afín. Ahora hay que ver qué futuro plantea”, expresó en una entrevista radial. Sus palabras no pasaron desapercibidas: para muchos, confirman que el gobernador está construyendo un camino propio, más allá del liderazgo de Cristina y Máximo Kirchner.
Desde el Instituto Patria minimizaron la situación y aseguraron que el aparente alineamiento del peronismo detrás de Kicillof fue solo circunstancial. “Se sobreinterpretó, no significa que estemos mejor ni peor”, indicaron. En la gobernación, por su parte, reconocen que el diálogo con el kirchnerismo sigue trabado y que la clave está en un posible encuentro cara a cara entre Cristina y Kicillof, algo que hasta ahora no se ha concretado.
Mientras tanto, el Frente Renovador de Sergio Massa observa con cautela. Para el massismo, el error político de Milei al pedir la intervención de la provincia de Buenos Aires fue una oportunidad de reagrupamiento para el peronismo, pero no suficiente para consolidar una unidad real. “Fue una advertencia para el Gobierno, pero hay temas pendientes que resolver”, señalaron.
Uno de los puntos de mayor tensión es la estrategia electoral. Kicillof no ha definido si habrá PASO ni si se desdoblarán las elecciones bonaerenses de las nacionales, aunque en conversaciones privadas ha sugerido postergar los comicios provinciales para después de las elecciones generales. Su intención es alcanzar un consenso antes de tomar una decisión, pero el tiempo se agota.
En el peronismo hay dos posturas enfrentadas: un sector cercano a Cristina Kirchner insiste en que la unidad es clave para ser competitivos en las elecciones de medio término, mientras que desde el entorno del gobernador sostienen que la estructura política debe reorganizarse y que ya no es viable seguir bajo la lógica de liderazgo absoluto del kirchnerismo.
Mañana, Kicillof abrirá las sesiones ordinarias de la Legislatura bonaerense, y en el peronismo esperan señales sobre su estrategia. Sin embargo, el gobernador evitará anuncios electorales y centrará su discurso en los recortes presupuestarios de la Nación y en medidas de seguridad, en medio de la creciente preocupación por el crimen en la provincia.