Sin luz al final de túnel

Pasan los meses y la industria textil continúa transitando un escenario sombrío, en el que, no sólo no aparece la claridad, sino que todo se vuelve más agobiante. El diagnóstico surgido del propio sector es desolador. Cierres de fábricas, pérdida de puestos de trabajo, caída del consumo, retraso cambiario y aumento de las importaciones. Una tormenta perfecta que embate de pleno contra uno de los sectores fabriles más significativos de Catamarca.

 

En total coincidencia con la palpable realidad, el informe surgido del último ProTextil 2025, evento anual del sector, pone el escenario en números y es angustiante. Con indicadores que alertan sobre una de las peores crisis en décadas.

 

La Fundación ProTejer cuantifica en 380 los establecimientos productivos del sector que cerraron en todo el país, incluyendo textil, indumentaria, calzado y cuero. Esto representa un 6% de las empresas del rubro.  Y releva unos 12 mil puestos de empleo perdidos. Todo en el periodo de diciembre de 2023 y junio de 2025.

 

La Federación de la Industria Textil Argentina (FITA) lo confirma; la actividad textil se desplomó 10,1% interanual. La utilización de la capacidad instalada en la industria textil se redujo al 44,4% en julio, con una baja mensual del 6% confirmado la tendencia.

 

Mientras tanto, del lado del consumo, las ventas en supermercados y tiendas minoristas retrocedieron 9,5% en el primer semestre de 2025 respecto al mismo período del año anterior. Un consumo que, para hacer la coyuntura mas desesperante, se redirige en volúmenes cada vez más significativos, a productos importados.

 

Según ProTeger, las importaciones en el rubro textil marcó un récord histórico: 8.100 millones de dólares anuales, impulsadas por la reducción de aranceles que, entre abril y agosto de 2025, le costó al Estado 66 millones de dólares.

 

En este item, un enorme peso específico lo tienen la importación creciente de productos terminados que hasta los 400 dólares  ingresan sin pagar aranceles ni impuestos y con envíos gratuitos. El crecimiento fue de 160% en el caso de las prendas terminadas y 109% en el de los textiles.

 

Otro indicadores que grafican el escenario son los 14.000 nuevos cuits para importar que se abrieron en el último año, que implicó para el Estado una pérdida de 120 millones al resignar aranceles.

 

Según el mapa elaborado por ProTejer el impacto territorial de la crisis es amplio, pero se amplifica en provincias como Buenos Aires, Tucumán, Chaco, La Rioja y Catamarca, donde el textil y la confección son pilares del empleo industrial, enfrentan una situación crítica, destaca el informe.

 

Dato curioso y significativo al mismo tiempo: los presidentes de ambas organizaciones son titulares de empresas que operan en Catamarca. Luis Galfione, presidente de la Fundación ProTejer, es dueño de Tex Andes y Manos Andinas. Mientras que el presidente de la FITA es Luis Tendlarz, titular de Algodonera del Valle. Un claro indicador del peso de la industria textil en la Provincia y viceversa, la envergadura de la industria textil de Catamarca en el contexto nacional.

 

En Catamarca, la industria textil está presente en prácticamente todos los eslabones de la cadena de valor; hilandería, tejeduría y confección. Y genera miles de puestos de trabajo. El Gobierno ya desplegó medidas de contención para darles alivio. Pero la debilidad estructural del sector es muy grande y no hay mejoras a la vista.

 

La caída del consumo interno, el atraso cambiario y el aumento de las importaciones resultaron un combo explosivo para la industria y afectaron de manera directa a la producción y al empleo. Y son consecuencia directa del modelo económico. Mientras eso no cambie, cualquier política paliativa será insuficiente. No hay luz al final del túnel.

El catucho