Con su inconfundible energía y un show arrollador, Shakira volvió a Buenos Aires y deslumbró a más de 50,000 fanáticos en su primera fecha en el Campo Argentino de Polo. “¡Estoy aquí, Argentina!” gritó la cantante, dando inicio a una velada memorable que marcó el regreso de la barranquillera luego de siete años sin pisar suelo argentino. El concierto, parte de su gira Las mujeres ya no lloran, estuvo marcado por la pasión de su público, quienes celebraron su regreso con looks inspirados en sus icónicas eras.
La temperatura de 30 grados no frenó a los seguidores, quienes llegaron desde diferentes partes del país, con atuendos que homenajeaban distintas etapas de la carrera de Shakira. Entre los asistentes destacaban los detalles, como pelucas violetas, cintas en las trenzas y hasta los caderines, un accesorio característico de la artista.
Gilda, oriunda de Rada Tilly, Chubut, confesó que es fan desde los tiempos de Pies descalzos y no dejó que el calor interfiriera en su entusiasmo. “Me representa mucho como mujer”, dijo Santiago, un mexicano-argentino que vio por quinta vez a su ídola y celebró la fuerza de la artista en su nueva etapa. Shakira ha logrado mantenerse vigente durante más de tres décadas, y su poder sobre el escenario se vio reflejado en cada uno de los movimientos que realizó junto a su equipo de bailarines.
Con más de 150 personas trabajando en la producción del espectáculo, el show tuvo una escala monumental, desde un Arco del Triunfo de pantallas que destacó momentos de su carrera, hasta un camarín especial para la cantante y su equipo. Además, un grupo de afortunados fanáticos, ganadores de un concurso, acompañaron a Shakira desde el backstage hasta el escenario, algo que emocionó profundamente a los presentes, como Julieta, de Necochea, quien expresó su admiración por la artista: “Me siento parte de su manada”.
El show comenzó puntualmente a las 21:00 con “La Fuerte” y “Girl Like Me”. A lo largo de la noche, Shakira ofreció una mezcla perfecta de éxitos nuevos y clásicos, mostrando su versatilidad como artista. En canciones como Acróstico y Don’t Bother, se mostró vulnerable, mientras que en otros hits como Te Felicito y Hips Don’t Lie deslumbró con su virtuosismo, contorsiones y baile frenético.
En un momento de introspección, Shakira cantó Soltera, una canción que refleja su nueva era, liberada y empoderada tras su separación. El público femenino la acompañó con entusiasmo, celebrando el mensaje de libertad y amor propio. La emotividad también estuvo presente con temas como Inevitable y Antología, canciones que hicieron que los presentes vivieran una descarga de nostalgia y emoción.
La noche también tuvo momentos de magia visual, como cuando Shakira bailó Suerte en un homenaje a su ascendencia libanesa, rodeada de fuego y danzas exóticas. Con Waka Waka, la fiesta alcanzó su punto máximo, mientras la cantante y su público vivían una celebración multicolor.
El clímax de la noche llegó cuando apareció una enorme figura holográfica de una loba, acompañada de los “Diez Mandamientos de la Loba”. Fue el preludio perfecto para Loba, el tema que desató los aullidos del público. La performance continuó con Shakira: Bzrp Music Sessions, Vol. 53, una de sus canciones más potentes y cathárticas, antes del cierre con Pa’ tipos como tú, un himno de desamor y empoderamiento.