River Plate vivió un sábado histórico en el Más Monumental: con una participación récord de socios, Stefano Di Carlo fue elegido nuevo presidente del club. A los 36 años, el hasta ahora secretario general y uno de los hombres fuertes del oficialismo se convertirá desde el lunes en el mandatario más joven en casi un siglo, desde la presidencia de Antonio Vespucio Liberti en 1933.
Di Carlo encabezará una gestión que garantiza la continuidad política de los últimos doce años, iniciada con Rodolfo D’Onofrio. Lo acompañarán como vicepresidentes Andrés Ballotta, Ignacio Villarroel y Mariano Taratuty, una mesa chica que combina experiencia dirigencial y respaldo interno. Sin embargo, la nueva conducción asumirá en un momento de máxima tensión: el fútbol atraviesa su etapa más complicada en años.
Mientras los socios votaban, la preocupación deportiva se imponía en los pasillos del Monumental. La segunda etapa de Marcelo Gallardo está lejos de las expectativas: River quedó eliminado del Torneo Apertura y de la Copa Argentina, no jugará la Libertadores 2025 y pelea por un cupo internacional para 2026. Este domingo, el “Muñeco” afronta un duelo clave ante Gimnasia en el Clausura, con la presión de un Superclásico decisivo en La Bombonera la próxima semana.
Consciente del contexto, Di Carlo admitió tras votar que el fútbol será su prioridad inmediata. “Vemos lo mismo que ve el hincha. Cuando hay un problema, lo abordamos”, sostuvo. La nueva dirigencia deberá intervenir en un área que durante años fue manejada con plena autonomía por Gallardo y su equipo.
En paralelo, River mantiene en marcha su ambicioso plan de obras: ampliaciones en el Monumental, la expansión del Centro de Alto Rendimiento en el predio Cantilo —más de 5.000 metros cuadrados destinados a las divisiones inferiores— y nuevas instalaciones para los más de 350 mil socios activos. Para Di Carlo, el crecimiento deportivo y el institucional deben sostenerse en equilibrio, como en el último ciclo de gobierno.
Nieto del expresidente Osvaldo “Titi” Di Carlo y miembro de una familia históricamente vinculada al club, Stefano se define como “un producto de la casa”. Fue vocal, vicepresidente, y coordinó distintas áreas de gestión antes de llegar al máximo cargo. Su mandato se extenderá hasta 2029, sin posibilidad de reelección por la reforma estatutaria vigente.
Con un River sólido en lo institucional pero en crisis dentro de la cancha, Di Carlo asume el desafío de sostener el proyecto y recuperar la mística deportiva. El Monumental habló en las urnas; ahora será el fútbol el que pida respuestas.





