River quedó eliminado de la Copa Libertadores. Se entusiasmó con el gol de Maximiliano Salas en el inicio del partido en San Pablo, pero desaprovechó sus momentos, pagó caro los errores y Palmeiras dio vuelta el marcador para ganar por 3-1 y avanzar a las semifinales. Vitor Roque igualó y un doblete del argentino Juan López selló el marcador.
Al Verdao, que había vencido por 2-1 en el Monumental, le alcanzaba con un empate, pero en el final lo sentenció cuando el visitante quedó preso del nerviosismo. Y superó la serie con más holgura en los resultados que en el juego. River terminó descargando su ira con el árbitro uruguayo Andrés Matonte, en un cierre a pura protesta.
Armani alternó grandes atajadas con fallas al intentar retener la pelota y en una de esas situaciones llegó el empate. Después, en el ida y vuelta, entre fricción y reclamos, Acuña se fue expulsado al cometer un penal y al conjunto de Núñez se le fue de las manos la serie.
Y al perder el control, pese a los cambios ofensivos y un par de oportunidades de ponerse en ventaja cuando estaba 1-1, River se fue con la frustración de la eliminación. Para peor, se quedó sin otro cambio posible cuando Marcelo Gallardo completó cuatro modificaciones en tres ventanas. Ya no había margen para más. Y se le escurrió la serie, con un final caliente, a pura impotencia. “Estoy con bronca porque se nos escapa un partido que logramos ponernos adelante rápidamente”, dijo el DT, que se lamentó por “las desconcentraciones que se pagan caro” en los últimos cinco minutos y fue duro con el arbitraje. “No supo llevarlo. Cobró cosas que no vio. Y en esa confusión, les dimos la ventaja”, agregó.
Palmeiras ya tiene su lugar en las semifinales, como Racing, pero su rival lo conocerá este jueves: Liga de Quito o San Pablo, que definen en Brasil luego del 2-0 de los ecuatorianos como local.