Las megaestafas del Registro de la Propiedad vienen a poner la amarga frutilla del postre al reino de la corrupción, y ya nadie lo puede negar.
Personal de la Policía de Catamarca, del Poder Judicial, de la Dirección de Catastro, del Registro de la Propiedad, abogados, empleados públicos, comerciantes, están sospechados de formar una banda delictiva que robaba viviendas, vehículos y otros bienes, valiéndose de la información que manejan los propios organismos del Estado, porque los delincuentes están dentro del Estado.
Ni María Elena Walsh en el mundo del revés, pudo imaginar una banda de estafadores integrada por abogados, policías y personal judicial. Es el fondo del pantano, la postal de la podredumbre total en la que se convirtió esta provincia.
Señores, los documentos públicos que son la garantía de posesión de una propiedad, eran alterados, manipulados, falsificados, reemplazados. Esto es un escándalo peor que el de Bac-chiani, porque acá los delincuentes son los que tienen que velar por la seguridad y la legalidad.
En las entrañas mismas del Estado aparece el motor de la corrupción, utilizada para forzar re-mates, ejecuciones, para sacarle sus propiedades a la gente trabajadora, y que se llenen de guita los que cobran del Estado por controlar todo. Es una cosa increíble.
Ahora hablan de hermetismo, y hay muchos con los pelos de punta porque tienen miedo de los nombres que puedan aparecer en la causa.
Acá participó mucha gente, desde corruptos profesionales hasta pequeños coimeros ambicio-sos, perseguidores de la plata fácil que vaya a saber cuánto tiempo actuaron con la ayuda y complicidad de autoridades. Porque estas cosas no las hace un loquito suelto, hay toda una organización funcionando para hacer daño y joder a la gente.
Esta historia recién comienza, y lo que se vio hasta ahora es la punta del iceberg. Lo que hay que esperar es que se deje investigar, y que nadie salga a proteger o que se frenen las cosas cuando aparezca el nombre de algún conocido con contactos.
Después habrá que precisar desde cuándo se hacían estas estafas y quiénes son los responsables, identificándolos a todos y que lleguen a la Justicia.
Por una vez, que se haga algo bien y se actúe como corresponde, que no vaya a pasar como con lo de las financieras, que tres años después todavía nos dicen que están investigando.