Como lo que escasea en Catamarca son funcionarios que vivan del Estado, se vino a cubrir ese bache con un nombramiento más, esta vez muy importante para felicidad de los ciudadanos y la solución de problemas.
Resulta que entre las decenas de ministerios que tiene el Ejecutivo, hay un Ministerio de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos. Ese ministerio tiene una Secretaría de Comunicación, esa secretaría tiene una Dirección Provincial de Publicidad y Propaganda, pero como todos se sentían medio huérfanos con ese austero esquema, ahora nació un espacio clave y vital: ¡la Dirección de Seguimiento de Medios y Opinión Pública!
¡Qué tal Pascual! ¡Seguimiento de Opinión Pública! Al mejor estilo Joseph Goebbels, ahora se va a controlar la opinión pública. Labor que paga el gobierno con dinero público, o sea que vamos a pagar con nuestra propia plata para que nos controlen y nos sigan. Es un delirio, la trama de una mala película.
Este gobierno que gasta fortunas en publicidad, propaganda, pautas para amigos, favores para amigos disfrazados de pauta, agencias que le hacen el spot, agencias que le hacen el logo, agencias que le hacen la campaña, agencias que contratan agencias, agencias que contratan agencias para que digan qué agencia contratar, este gobierno que paga encuestas, auditorías, focus group, asesores, etc, etc, ahora tiene una “dirección de seguimiento”.
A alguien se le fue la fiebre a los tobillos, o se bajó una damajuana de tinto puro, o estamos bajo vigilancia de la SS, la KGB y la CIA… ¿qué es esto?
¿Qué es controlar la opinión pública? ¿Van a hacer “investigaciones” en redes sociales para ver lo que opina la gente? ¿Van a infiltrarse en grupos de WhatsApp? ¿Van a avisar cuando alguien critique?
¿No sería mejor gastar esa plata en impedir que se inunde el Hospital San Juan Bautista cuando llueve? ¿En contener y proteger a los niños que mendigan por la calle a toda hora? ¿En llevar más carne y lácteos a los comedores barriales?
¿Viven en un frasco de mayonesa que necesitan crear una dirección que les cuente lo que opina la gente? ¿No lo saben? ¿No son de acá, no andan por la calle? Bueno, evidentemente no.
¿Qué van a decir los informes de esa dirección? ¿A quiénes se va a reportar y para qué? ¿Qué medidas se van a tomar frente a las “opiniones públicas”? Porque algo harán, para algo crearon esa oficina… no será como el Servicio Meteorológico, que informa para saber nomás si va a llover o no.
¿Cuánto dinero se va a gastar en esta estupidez, que está a milímetros de violar la libertad de expresión? ¿Qué clase de seguimiento va a hacer el gobierno? ¿Va a seguir también a los periodistas comprados y teledirigidos por el propio gobierno “sobre” mediante? ¿O van a seguir solo a los que no reciben su diezmo para obedecer?
¿Es para saber de qué tienen que hablar y de qué no hablar? ¿Para saber qué le molesta a la gente? ¿Para esconder y mentir lo que más convenga?
¿Qué viene después del seguimiento de medios? ¿El llamado telefónico y la advertencia? ¿Premios y castigos en cash?
Lo vergonzoso es que no les da la cabeza ni siquiera para ponerle un nombre más disimulado a la repartición.
¿Por qué mejor no hacen un seguimiento de los funcionarios que se enriquecen? ¿Por qué no hacen un seguimiento de los parientes y amigos ñoquis favorecidos con índices? ¿Por qué no hacen un seguimiento del avión de los nueve millones de dólares? ¿Por qué no hacen un seguimiento de la información pública que se esconde, como los recursos que se gastan en medios?
Cada día caen un poco más bajo.