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Misión cumplida

Ramón Figueroa Castellanos anunció que las elecciones serían en octubre, y en menos de 24 horas, Juan Cruz Miranda salió a desmentirlo.

Figueroa Castellanos no es un militante cualquiera… estuvo al frente del PAMI, fue ministro de Salud, fue senador capitalino y ahora, además de diputado, es el presidente del bloque oficialista. Se supone que si dice algo es porque tiene información.

Pero Juan Cruz Miranda lo cruzó rápido diciendo que no había ninguna decisión tomada y retomando el verso oficial de que nadie piensa en eso, sino que están metidos en la gestión y nada más.

Y la calesita da una vuelta más. Ya no importa si hay elecciones en marzo, en octubre o en diciembre con primarias o con candidatos que se definen por sorteo y licitación, o con los últimos tres números del sorteo de la quiniela.

Da lo mismo, el gobierno ya logró lo que quería. Impuso su agenda, distrajo a todos, y todo le conviene a su juego, porque la oposición entra como caballo.

Hace meses que los políticos están hablando de lo mismo, y se cumplió la misión de entretener al público sin hablar de los problemas reales de la gente.

Hace meses que se habla de las PASO sí, las PASO no, como si eso le importara a alguien que no llega a fin de mes.

Hace meses que se habla de octubre y marzo, y los únicos interesados son los que arriesgan sus privilegios o quieren conseguirlos.

Mientras tanto Catamarca llega al 40 por ciento de su población hundida en la pobreza, mientras tanto el Hospital San Juan Bautista se convierte en pileta olímpica cada vez que caen cuatro gotas, mientras tanto siguen de remate las riquezas mineras, mientras tanto los estafados por las financieras siguen esperando, mientras tanto siguen entrando y saliendo ministros y funcionarios engordando una planta política que pagamos todos.

Es un mérito del gobierno, hay que reconocerlo: logra dirigir el discurso de todos tirando petardos y bombas de humo.

Nadie, pero nadie, ha planteado un proyecto de cara a las próximas elecciones. No se conoció ninguna plataforma electoral, no hay un debate de nada, ni una idea. Todo pasa por la pechadera entre ellos para ver quién se saca la lotería.

Por eso uno dice una cosa y otro otra. Con eso nos regalan la sortija para dar una vuelta más, mientras la inflación nos come el bolsillo.

Circo para el tontaje. Y la función seguirá varias semanas más. De solucionar problemas ni hablar.

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