El gabinete de seguridad de Israel se encuentra en un estado de expectativa ante el análisis de un informe crucial: el reporte de la delegación negociadora que ha regresado de París. Este documento presenta propuestas que, según funcionarios locales, podrían allanar el camino hacia una tregua en Gaza y la liberación de rehenes en manos del movimiento islamista palestino Hamas.
“Todavía hay espacio para avanzar hacia un acuerdo”, declaró a la televisión N12 Tzachi Hanegbi, asesor de seguridad nacional del primer ministro Benjamin Netanyahu, refiriéndose a la delegación que ha vuelto de París.
Las propuestas discutidas en París tienen como objetivo desbloquear las negociaciones y abrir la puerta a una nueva posibilidad de tregua, aunque persisten diferencias significativas entre ambas partes.
Uno de los principios clave transmitidos por el primer ministro israelí a los enviados es la insistencia en que cualquier acuerdo debe garantizar el retorno de “todos los rehenes”, incluyendo aquellos que perdieron la vida en el enclave, así como el regreso al inicio del proceso de “todas las mujeres y niños”. Además, Netanyahu subrayó que un eventual acuerdo “no debe interpretarse de ningún modo” como el fin de las hostilidades.
La delegación israelí, encabezada por el jefe del Mossad, David Barnea, llegó ayer a la capital francesa con la misión de desbloquear las negociaciones, en medio de llamados persistentes por parte de Hamas a un cese total del fuego y la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza. Demandas que, hasta el momento, han encontrado resistencia en el gobierno israelí, aunque se ha manifestado una disposición a considerar una pausa temporal en la operación militar en curso.
Egipto, Qatar y Estados Unidos continúan desempeñando un papel crucial como mediadores, en un esfuerzo por encontrar una solución que ponga fin a la espiral de violencia que ha cobrado la vida de miles de personas, en su mayoría civiles. La reciente tregua de una semana, alcanzada a finales de noviembre, demostró la capacidad de estos actores para facilitar acuerdos de intercambio de prisioneros, aunque persisten desafíos para alcanzar una paz duradera en la región.