El PAMI volvió al centro de la polémica con una licitación acelerada por u$s450 millones para la compra y distribución de pañales que ya genera fuertes sospechas por presuntas irregularidades, sobreprecios y un perjuicio directo a los afiliados. La decisión lleva la firma del titular del organismo, Esteban Leguizamo, y reemplaza el anterior sistema de provisión por un nuevo esquema logístico que costará un 20% más y entregará pañales de calidad inferior.
La licitación exprés se lanzó el 14 de abril de 2025 y abrió sobres apenas once días después, el 25 de abril. Sin embargo, por el feriado de Semana Santa, sólo se contaron seis días hábiles para que las empresas pudieran presentar sus ofertas. De los cuatro oferentes iniciales, tres presentaron cartas de queja señalando que no lograron cotizar por los tiempos insuficientes, además de alertar sobre condiciones inusuales en los pliegos.
Entre las nuevas exigencias se incluyeron un seguro de caución por $25.000 millones y la obligación de disponer de galpones en CABA y el AMBA con capacidad para almacenar hasta 15.000 pallets. “Fue un pliego a medida. Cambiaron todas las especificaciones técnicas de un día para el otro. Estos procesos suelen demandar al menos 30 días”, dijo una fuente vinculada al proceso.
Hasta ahora, el PAMI distribuía unos 17 millones de pañales y apósitos mensuales a través de un sistema que integraba fabricantes, droguerías y farmacias. El pago se hacía a 45 o 60 días. Con el nuevo esquema, no sólo se incrementa el costo mensual de $11.000 a más de $13.000 millones, sino que también se abonará por adelantado el 3% del contrato, una medida poco habitual en contratos estatales.
Otro punto crítico es la calidad del producto. Expertos en la materia señalaron que los nuevos pañales pesan apenas 50 gramos frente a los 75 gramos anteriores, ya no incluyen doble capa de absorción y utilizan cintas adhesivas más pequeñas. “La calidad baja, pero el precio sube”, resumió un analista. A su vez, se sospecha que los cambios buscan facilitar la importación de pañales más livianos, que reducen el costo logístico pero impactan negativamente en la salud de los adultos mayores.
El padrón de beneficiarios actual está vinculado a recetas electrónicas, lo que permite controlar en tiempo real la distribución. Sin embargo, las empresas temen que el nuevo sistema logístico, más centralizado, habilite el uso de padrones desactualizados para seguir facturando productos que ya no se entregan.
La situación suma tensión política. Exfuncionarios del propio Gobierno de Javier Milei ya habían advertido sobre compras directas sin licitación con sobreprecios de hasta el 700%, bajo la excusa de la urgencia médica. Ahora, con esta adjudicación millonaria, las denuncias por direccionamiento, privilegios a una empresa logística y deterioro del servicio alimentan un escándalo que no deja de crecer.