En una jornada clave para la defensa de Europa y la seguridad global, Gran Bretaña anunció un préstamo de 1,6 billones de libras esterlinas a Ucrania para la producción de armamento, incluyendo 5.000 misiles destinados a reforzar la defensa del país en guerra. Esta noticia surgió durante una cumbre de seguridad en Lancaster House, Londres, donde participaron dieciocho países de Europa y representantes de la Unión Europea.
El primer ministro británico, Sir Keir Starmer, destacó la urgencia de esta iniciativa, afirmando que “no es un tiempo para más conversaciones, es tiempo para la acción”. En su conferencia de prensa al final de la cumbre, subrayó que la prioridad era “defender el país en estos volátiles tiempos” y añadió que “estamos en una encrucijada de la historia”. Además, el funcionario rechazó las recientes críticas a la fiabilidad de Estados Unidos como aliado y recalcó que la paz y la estabilidad son esenciales para proteger a sus ciudadanos.
Gran Bretaña se comprometió a fortalecer a Ucrania con los recursos necesarios para mantener su lucha, y en paralelo, otros países, incluidos Francia y algunos aliados europeos, trabajarán en un plan conjunto para detener los combates, que será presentado a los EE.UU. El primer ministro británico enfatizó que cualquier acuerdo futuro debe estar respaldado por la fuerza, lo que implica un refuerzo en las tropas y el apoyo aéreo.
Este acontecimiento coincidió con un significativo gesto de solidaridad por parte del rey Carlos III, quien recibió al presidente ucraniano Volodímir Zelenski en Sandringham tras la cumbre. Mientras tanto, la controversia persiste con figuras como Elon Musk, quien sugirió que Estados Unidos debería abandonar la OTAN, lo que añade incertidumbre sobre el futuro de la alianza transatlántica.