En el marco de las festividades marianas y el Jubileo por los 134 años de la Coronación Pontificia de la Virgen del Valle, el cuarto día del Septenario estuvo marcado por una intensa participación del Poder Ejecutivo y de las fuerzas de seguridad provinciales y nacionales. Durante la jornada del 30 de abril, diversas instituciones rindieron su homenaje a la Madre del Valle en la Catedral Basílica, con ceremonias religiosas cargadas de simbolismo y mensajes de fuerte contenido espiritual y social.
En horas de la noche, el gobernador Raúl Jalil, acompañado por el ministro de Gobierno, Seguridad y Justicia, Fernando Monguillot, y otros funcionarios provinciales y municipales, participó de la misa presidida por el vicario general de la Diócesis, Julio Murúa. En su homilía, el sacerdote resaltó la dimensión comunitaria del encuentro, afirmando que “en este Santuario no hay jerarquías, sino un pueblo unido por la fe”. Destacó que los servidores públicos están llamados a ejercer su rol con fe, esperanza y caridad, pilares esenciales para transformar la política en un verdadero servicio al bien común.
Murúa instó a practicar una política “inspirada en la fe”, que priorice la dignidad de cada ser humano y atienda especialmente a los sectores más vulnerables. También habló de la esperanza como fuerza activa que impulsa la transformación social y de la caridad como motor de servicio genuino hacia los demás, especialmente hacia quienes más sufren. “Nuestra participación en la vida pública debe estar guiada por la luz del Evangelio y no por intereses egoístas ni por el poder por el poder mismo”, expresó.
Durante la mañana, fueron las fuerzas de seguridad quienes rindieron su homenaje. Miembros de la Policía de Catamarca, Gendarmería, Ejército Argentino, Policía Federal, Servicio Penitenciario y agrupaciones de excombatientes participaron de una misa celebrada por el padre Dardo Olivera y concelebrada por capellanes de distintas instituciones. En su mensaje, el padre Héctor Salas enfatizó que la labor de seguridad debe facilitar una sociedad donde los ciudadanos puedan “caminar en la luz” y vivir con dignidad y libertad.
Los actos incluyeron también la emotiva participación de niños y niñas de jardines de infantes capitalinos, quienes ofrecieron cantos, bailes y alimentos no perecederos a la Virgen durante la actividad conocida como “El Vallecito”, realizada en el Paseo de la Fe.