El 2024 será recordado como un año clave para la economía argentina: el peso se convirtió en la moneda de mayor fortalecimiento global, con un aumento del 44,2% frente a una canasta de monedas ajustadas por inflación, según el Financial Times (FT). Este fenómeno, atribuido a la política económica de Javier Milei, despertó tanto expectativas como preocupaciones sobre la sostenibilidad del esquema monetario y la competitividad de la economía.
Beneficios de un peso fortalecido
El peso fuerte trajo un alivio para los consumidores. Según el FT, los salarios promedio casi se duplicaron en dólares, alcanzando los u$s990 en octubre de 2024, mejorando el acceso a bienes importados y viajes al exterior. Además, la brecha cambiaria se redujo del 200% a menos del 20% durante el año, impulsada por medidas como la liquidación parcial en el mercado paralelo.
Sectores como el agrícola lograron sostener niveles históricos de exportaciones, consolidando la percepción de estabilidad económica promovida por el gobierno.
El costo de la apreciación
Sin embargo, el fortalecimiento del peso afecta la competitividad exportadora. Empresas como Ternium señalaron que los costos laborales argentinos son un 60% más altos que los de Brasil. A esto se suma la depreciación del real brasileño, que complica el comercio bilateral.
Analistas advierten que choques externos, como la devaluación del real o políticas proteccionistas en Estados Unidos, podrían desencadenar una devaluación súbita y poner en jaque la estrategia cambiaria.
Desafíos para el Banco Central
El Banco Central ha intervenido para estabilizar el tipo de cambio, utilizando reservas internacionales que aún necesitan ser fortalecidas. El gobierno apuesta a un auge en las exportaciones de litio, petróleo y gas para lograrlo.
Milei promete unificar el mercado cambiario y eliminar el cepo en 2025, medidas que podrían atraer confianza, pero también conllevan riesgos si no se implementan reformas fiscales sólidas.
Riesgos y oportunidades
La sostenibilidad del superávit comercial bajo un tipo de cambio fuerte es incierta. Sectores clave, como la minería y la energía, podrían no ser suficientes para equilibrar la balanza comercial sin mejoras significativas en productividad.
El FT advierte que el verdadero desafío llegará con la flotación libre del peso tras la eliminación del cepo, donde el equilibrio entre estabilidad y competitividad será crucial para evitar una crisis cambiaria.