Tanta emoción, lágrimas y discurso de despedida, y al final Fernando Jalil sigue en YMAD. Lo único que hizo fue cambiarse de silla en las reuniones de directorio.
Una feliz noticia para quienes ya imaginaban a este luchador enfrentándose a los amargos laberintos de la desocupación. Tranquilos, todo se solucionó en unos pocos segundos, pasó de presidente a vocal y listo.
Una alegría para la familia Jalil, que vuelve a respirar y recibe con alivio la tranquilidad de que Fernando no se quedará sin su sueldo estatal. Brindemos por eso.
Ya lo decía Alberto Cortez… “Cuando amigo se va, queda un espacio vacío…” pero en este caso lo llena el mismo amigo del poder, que ya se puso a las órdenes de don Juan Limodio, el nuevo presidente.
¿Preguntará Limodio por los 3.000 millones que sacó de la galera Fernando para su hermano Raúl? ¿Seguirá habiendo generosos aportes? ¿Se reflotará el proyecto de privatizar YMAD?
¿Terminará Limodio como asesor de algún legislador nacional por Catamarca como pasó con el denunciado Manuel Benítez? ¿Seguirá Ángel Mercado en la empresa una década más? ¿Quedará como vitalicio? ¿Estará ya en el inventario de YMAD? ¿Hay alguna cláusula que obligue a los gobernadores a poner parientes en YMAD?
Preguntas sin respuesta de historias que ni Limodio conoce por ahora, pero de las que se irá enterando poquito a poco.
