El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, celebró en redes sociales la tendencia a la baja de la inflación en Argentina, vinculando este descenso con la política económica del gobierno y la reciente reducción del impuesto PAIS. Desde el 1 de septiembre, la alícuota de este impuesto se redujo al 7,5%, lo que representa una disminución de diez puntos respecto a su nivel anterior. A partir del próximo 1 de enero, el tributo dejará de aplicarse.
“Se suele decir que aunque bajen los impuestos, los precios no se reducen. Sin embargo, los precios de los alimentos importados y nacionales han disminuido tras la reducción del impuesto en un 10%. Es evidente la transferencia de la rebaja impositiva a los precios. ¡Gracias motosierra! VLLC!”, escribió Sturzenegger en su publicación.
Siempre se escucha q aún cuando bajan los impuestos los precios no bajan. Acá los precios de alimentos importados y nacionales luego de la baja de 10% en el impuesto país. Se ve clarísima la transferencia de la baja de impuestos a precios. Gracias motosierra! VLLC! pic.twitter.com/bwe2WSEbFx
— Fede Sturzenegger (@fedesturze) October 27, 2024
Poco después del anuncio, el Ministerio de Desregulación emitió un informe que confirmaba una caída de hasta el 10% en los precios de los alimentos y bebidas importados tras la rebaja del impuesto, con un promedio de reducción del 2,4%. En contraste, los productos nacionales experimentaron un aumento del 3%.
El informe destacó que esta reducción en los precios se logró a pesar del incremento en el valor del dólar oficial, el cual, en circunstancias normales, habría provocado un alza en los precios de los productos importados. La disminución del impuesto PAIS compensó este efecto, manteniendo estables los precios y reduciendo los costos en algunos casos. Entre los productos con mayores reducciones se encuentran los enlatados, galletas y mermeladas, con caídas reales del 10,3%, 4% y 2,7%, respectivamente.
Según la lectura del Ministerio, la combinación de la reducción del impuesto y el ajuste del dólar a un 2% mensual permitió mitigar el impacto de la devaluación en los precios. Esta interpretación coincide con la del presidente Javier Milei, quien restó de la tasa de inflación los efectos de la devaluación y la inflación internacional para sostener que la “inflación real” en el país ya se encuentra en torno al 1% mensual, lo que equivaldría a un 13% anual.
Aunque se esperan nuevos aumentos tarifarios en noviembre, que encarecerán los servicios, el gobierno confía en que la tendencia a la baja en la inflación se mantendrá en octubre y noviembre, con la esperanza de que la cifra de inflación de este penúltimo mes del año comience con un “2”. Sin embargo, diciembre podría representar un desafío mayor, ya que, al igual que enero, es un mes con inflación estacionalmente alta.
Optimismo en el gobierno
El presidente Javier Milei, en una reciente entrevista televisiva, expresó su convicción de que la inflación continuará disminuyendo. “En septiembre, hubo deflación en productos importados, y en las últimas semanas se ha observado deflación en alimentos”, afirmó. Además, destacó que el costo de la canasta básica solo subió un 1,7%, lo cual consideró relevante para la evolución de las tasas de pobreza e indigencia en el país.
Por su parte, Alberto Cavallo, fundador de una consultora de relevamiento digital de precios, comentó que la inflación mensual en Argentina se redujo al 2,36% hasta el 20 de octubre, el nivel más bajo en tres años, según las mediciones de PriceStats.
El Indicador Barrial de Precios (IBP), elaborado por el Instituto de Investigación Social, Política y Ciudadana (Isepci), también mostró una disminución del 3,28% en los precios de la Canasta Básica de Alimentos en septiembre, particularmente en frutas, verduras y productos de almacén.
A pesar de la reducción de precios en algunos sectores, el aumento más significativo en septiembre se produjo en el área de “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles”, debido a las decisiones tarifarias del gobierno, las cuales buscan reducir subsidios y mejorar el superávit fiscal, a la vez que equilibran su impacto en la inflación general.