El documento recalca la necesidad de una política exterior que equilibre los intereses de los aliados globales con los de la clase media estadounidense
La Casa Blanca presentó el miércoles una estrategia de seguridad nacional dirigida a una China en ascenso y una Rusia más autoritaria, al tiempo que resalta que las inversiones internas son clave para ayudar a Estados Unidos a competir en la crítica década que comienza.
El documento de 48 páginas, que se retrasó por la crisis de Ucrania, no incluye grandes cambios de pensamiento ni introduce nuevas doctrinas importantes para la política exterior de Biden. En cambio, destaca la opinión de la Casa Blanca de que el liderazgo de Estados Unidos es clave para superar amenazas globales como el cambio climático y el ascenso de regímenes autoritarios.
Incluso después de la invasión rusa, China representa el desafío más importante para el orden mundial, afirma el documento. Estados Unidos debe ganar la carrera armamentística económica con la superpotencia si espera mantener su influencia en todo el mundo, afirma.
“La República Popular China alberga la intención y, cada vez más, la capacidad de reconfigurar el orden internacional a favor de uno que incline el campo de juego global en su beneficio, incluso cuando Estados Unidos sigue comprometido a gestionar la competencia entre nuestros países de forma responsable”, dijo el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan.
La primera estrategia de seguridad nacional del gobierno de Joe Biden, un documento requerido por ley, recalca la necesidad de una política exterior que equilibre los intereses de los aliados globales con los de la clase media estadounidense.
“Nosotros entendemos que, si Estados Unidos va a tener éxito en el exterior, debemos invertir en nuestra innovación y nuestra fuerza industrial y construir nuestra resiliencia en el país”, afirma el documento. “Igualmente, para avanzar una prosperidad compartida nacionalmente y proteger los derechos de todos los estadounidenses, debemos ser activos en la formación de un orden internacional que corresponda con nuestros intereses y valores”.
Además, Estados Unidos remarcó que no reconoce la independencia de Taiwán y de que está comprometido con la política de una sola China, según se lee en el último informe de la Casa Blanca sobre seguridad nacional publicado este miércoles.
“Nos oponemos a cualquier cambio unilateral del ‘statu quo’ de cualquiera de los lados y no apoyamos la independencia de Taiwán. Seguimos comprometidos con nuestra política de una China”, remarcó Washington en un informe en el que también subraya su interés por mantener sus acuerdos diplomáticos con Taiwán.
“Mantendremos nuestros compromisos en virtud de la Ley de Relaciones con Taiwán para apoyar su autodefensa y nuestra capacidad para resistir cualquier uso de la fuerza o la coerción contra Taiwán”, dice el informe de la Casa Blanca.
En pinceladas generales, la estrategia esboza un “momento decisivo” para la seguridad nacional, en momentos en que el presidente Biden enfrenta un mundo que puede decirse que es más complicado que el que existía cuando asumió la presidencia hace 21 meses en medio de la peor pandemia global en un siglo.
Al mismo tiempo, la Casa Blanca dijo que los responsables de formular políticas deben “evitar la tentación de ver el mundo solamente a través del lente de la competencia e involucrar a otros países en sus propios términos”.
Biden llegó a la presidencia promoviendo una “política exterior para la clase media” que buscara un mayor énfasis en China como creciente rival económico y militar, revitalizar las alianzas que se descuidaron durante el gobierno de Donald Trump y proteger los derechos humanos, todo ello manteniendo los intereses de Estados Unidos.
El mandatario demócrata aún debe resolver algunos debates clave de política exterior, como los aranceles a los productos chinos establecidos por Donald Trump, que costaron miles de millones a los importadores, y enfrenta a otros nuevos puestos en evidencia por las acciones de Rusia, entre ellos el desgaste de las relaciones con Arabia Saudita y la dependencia de India de la energía rusa.
Funcionarios del gobierno dicen que en la visión de política exterior de Biden, el foco en los intereses estadounidenses sigue siendo central, pero el nuevo documento de estrategia refleja también la larga lista de crisis que ha dejado al mundo enfrentando desafíos compartidos, entre ellos el cambio climático, la inseguridad alimentaria, las enfermedades transmisibles y la inflación.
“Hemos roto la línea divisoria entre política exterior y política nacional para hacer inversiones de mayor alcance aquí en el país, en nuestra base industrial y de innovación, que aumentarán nuestra competitividad y nos colocarán en mejor posición para responder a todo, desde el clima hasta la salud global, la seguridad alimentaria y la energía”, expresó Sullivan.
Sullivan se hizo eco de los comentarios de Biden de principios de semana en el sentido de que Estados Unidos está “reevaluando” su relación con Arabia Saudita después de que la OPEP+ anunciara la semana pasada que recortaría su objetivo de producción de petróleo a pesar de las objeciones de Estados Unidos.
Se supone que la administración debe enviar la estrategia al Congreso al mismo tiempo que presenta su propuesta de presupuesto. Eso ocurrió el 28 de marzo.
(Con información de Infobae)