En una destacada intervención durante la tercera edición de los Encuentros Mediterráneos en Marsella, el Papa Francisco abogó por la eliminación de los “nacionalismos anticuados y beligerantes” y enfatizó la necesidad de una respuesta paneuropea a la crisis migratoria.
Durante su visita a Francia el pasado sábado, el Sumo Pontífice fue recibido por el presidente Emmanuel Macron y recorrió un barrio desfavorecido antes de dirigirse a la audiencia con un discurso conmovedor. En su alocución, el Papa Francisco lamentó la tragedia que ocurre en el Mediterráneo, que ha pasado de ser “mare nostrum”, que significa “nuestro mar”, a “mare mortum”, o “mar de la muerte”, debido a la pérdida de vidas de migrantes.
“Existe un clamor de dolor que resuena con fuerza sobre todos los demás, convirtiendo el Mediterráneo, cuna de la civilización, en una tumba de dignidad: es el ahogado grito de los hermanos y hermanas migrantes”, expresó el Papa.
En un contexto en el que varios países europeos, como Italia, Hungría y Polonia, han adoptado posiciones restrictivas en cuanto a la inmigración, el Papa Francisco abogó por la creación de “un amplio número de vías legales y regulares” para la migración y por escuchar “los lamentos de dolor que surgen de África del Norte y el Medio Oriente”.
Aunque no mencionó países específicos en su discurso, el Papa denunció: “En estos tiempos críticos, cuánto necesitamos esto, cuántos nacionalismos anticuados y beligerantes amenazan con desvanecer el sueño de la comunidad de las naciones”.
En los últimos meses, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) informó que más de 178,500 migrantes han llegado a Europa a través del Mediterráneo en 2023, mientras que alrededor de 2,500 perdieron la vida o desaparecieron en el proceso. El llamado del Papa Francisco a la solidaridad y la cooperación internacional resuena en un momento en que la crisis migratoria continúa siendo un desafío crítico en la región.
