El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), encargado históricamente de regular los precios del sector, ha perdido su autoridad con la implementación de un nuevo decreto impulsado por el presidente Javier Milei, que desregula el precio de la yerba mate a partir del 1 de abril.
Bajo esta nueva normativa, los productores tendrán la responsabilidad exclusiva de aceptar o rechazar los precios establecidos, despojando al INYM de su papel tradicional en la fijación de precios.
El cambio ha generado preocupación, especialmente entre los pequeños productores, quienes podrían enfrentar dificultades debido a la estrecha relación entre el precio de la yerba mate y el volumen de stocks de la industria. Con reservas altas, el precio tiende a disminuir, lo que podría afectar negativamente a los productores más pequeños.
La ausencia de un presidente en el INYM desde diciembre pasado agrava la situación, y los directores que abogan por la regulación anticipan un impacto negativo gradual en los pequeños productores. Pronostican que para agosto, cuando las industrias hayan recompuesto sus reservas, la presión sobre los precios aumentará.
Los datos del INYM muestran que la producción de hoja verde alcanzó su nivel máximo en cuatro años durante los primeros meses de este año, con un total de 55 millones de kilos. Aunque los stocks suelen tener una duración de 8 a 9 meses, en ocasiones han llegado hasta los 12 meses, lo que asegura el abastecimiento del mercado interno.
Esta desregulación no solo impacta en los precios de la materia prima, sino que también genera preocupación sobre la disponibilidad de yerba mate a precios accesibles en las góndolas. Durante años, las empresas estuvieron obligadas a ofrecer productos a precios controlados por el gobierno, situación que podría cambiar con esta nueva medida.
