El extraño caso del Dr. Olveira y Mr. Barot

Como en el libro de “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde”, en Los Altos están pasando cosas raras, en este caso de dos hombres que no cambian sus personalidades, pero sí sus pertenencias políticas.

Se supone que Rafael Olveira, el eterno intendente, es radical. Se supone que Raúl Barot, el joven que saltó de la EC Sapem al Senado, es peronista… se supone. Porque resulta que en las próximas elecciones se enfrentarán entre ellos. Pero Olveira irá como candidato de la mano de los peronistas, y Barot de la mano de los radicales.

Como una novela mexicana traducida al hebreo, la trama es muy difícil de seguir, porque además en la última elección fueron amigos.

El tema es que en Los Altos se elige intendente en noviembre, porque es uno de los dos municipios que van a un ritmo distinto. De las 36 intendencias, 34 renovaron en 2019 y volverán a renovar intendentes en 2023, pero Los Altos eligió en 2017 y le toca ahora de vuelta (igual que a Mutquín).

Es una zona difícil, donde hay que recorrer mucho y hacer campaña casa por caso, visitando Alijilán, Manantiales, Los Altos, El Abra, Monte Redondo, Puerta Grande, Los Troncos, Cuchinoque, El Tala, La Bajada, Los Moyes, Casa Santa, Poso del Monte, Los Ortices, Los Pérez… ganar ahí es complicado.

En Los Altos manda Rafael Olveira hace rato, porque si bien llegó a la intendencia con el Frente Cívico y Social en 2007, cuando en Provincia asumió el peronismo se hizo bien amigo de los peronistas y lo bien que hizo: gracias a eso todavía es jefe comunal. Hoy es un compañero más, pero encontró un rival nuevo, y es su examigo Raúl Barot, el senador peronista que lo ayudó a ganar en 2017.

Una ensalada donde se ve que las convicciones partidarias duran menos que sánguches de miga, y que cada uno se acomoda según su conveniencia.

También hay una tercera candidatura, la de Blasia Gómez Reinoso, así que el tema viene peleadísimo.

Las idas y vueltas de los políticos no sorprenden a nadie, viven de eso. El dilema aquí es ¿a quién apoya realmente el gobierno peronista? ¿A su apalabrado Olveira con el que viene trabajando hace rato, o al joven Barot que se rebeló y se alió con radicales?

Barot jura que tiene la bendición del PJ para su partido municipal. Y los votantes de Los Altos se miran sin saber quién está traicionando a quién.

Así la novela se transforma en una película de suspenso, y la verdad se sabrá cuando se vote: el que gane, ése era el que tenía apoyo oficial.

La visión del catucho

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