Tras dos días de búsqueda, personal policial y del Departamento Unidades de Alto Riesgo (Duar)halló dos cuerpos en un pozo de la vivienda de barrio Autódromo (córdoba). Se presume que los restos son de las hermanas, Esther Castro(41) y Sara Castro(39), a quienes familiares habrían asesinado y enterrado en la casa.
El primer hallazgo se produjo el martes 4 de octubre. “El cuerpo se encontraba en el pozo, a unos 50 metros de profundidad.Está íntegro y será trasladado a la morgue, donde se le realizarán las pericias correspondientes”, señaló Mauricio Funes, del Departamento Homicidios de la Policía de Córdoba.
En tanto, el segundo cadáver fue encontrado horas después, ya pasado el mediodía. Cabe destacar que las personas que trabajaron en la vivienda ubicada en calle Oscar Cabalén al 6.500 debieron actuar con mucho cuidado ya que “al pasar los 50 metros de profundidad, el pozo se enangosta hasta los 50 centímetros de diámetro”.
Los cuerpos de las víctimas fueron trasladados a la morgue judicial, donde se realizarán las autopsias correspondientes. Todavía se desconoce cómo fueron asesinadas Ester y Sara. Mientras tanto, el personal policial y los peritos continúan trabajando en la escena del macabro hallazgo, buscando otros elementos que pudieran ser de interés para la investigación.
En los rastrillajes del lunes, los policías habían hallado en el viejo aljibe bolsos que tenían ropa, documentación y carcasas de celulares en su interior. En tanto, en la propiedad, se encontraron palas, machetes, hachas y una maza con manchas, aparentemente de sangre. Todos los objetos serán analizados por los peritos.
La investigación del caso se inició después de que el pasado sábado por la tarde, Ismael Castro (20) y su hermano Esteban (24) fueran interceptados por una patrulla en medio de una escena sospechosa: caminaban por la ruta de las Altas Cumbres, acompañados de una adolescente de 17 años, dos nenes de 12 y 6 y un bebé de 9 meses.
Los Castro le explicaron a la Policía que caminaban por la ruta porque su objetivo era irse de vacaciones hasta la localidad de Mina Clavero. Señalaron que el viaje lo habían iniciado en un remis, pero que luego de una discusión por la tarifa con el chofer, se bajaron en medio del camino. Además, le aportaron a los agentes la dirección de su casa -donde luego se realizaron los rastrillajes- y el teléfono de su mamá, Ester.
La explicación les resultó insuficiente a los policías y trasladaron al grupo familiar hasta la comisaría de Villa Icho Cruz. Allí, los agentes contactaron a un tío de los menores para que los fuera a retirar. El hombre se hizo cargo de los más chicos y llevó a los más grandes hasta el domicilio donde vivían. Allí notó que no había rastros de Ester ni de Sara. Habló con los jóvenes y fue allí que le contaron lo que habían hecho.
El hombre, espantado, acudió a las autoridades y dijo que Ester y Sara estaban desaparecidas y que creía que sus sobrinos las habían asesinado. Cuando llegaron a la casa, los jóvenes no se resistieron y admitieron el doble crimen, mientras que la adolescente de 17 años, aparentemente, les contó con más detalles lo que habían hecho.