El analista Thomas L. Friedman, en su columna del New York Times del 16 de octubre, sugirió un enfoque audaz para la paz en Medio Oriente: reemplazar a Hezbollah con el ejército libanés y una fuerza internacional contundente, mientras una misión árabe de paz se encargaría de Hamás. Sin embargo, la situación en el terreno refleja un escenario muy distinto, con las fuerzas de paz de la ONU en el Líbano bajo un riesgo creciente.
La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL), que monitorea la frontera con Israel desde 1978, enfrenta actualmente una etapa crítica. La misión, que incluye a cuatro oficiales argentinos, fue establecida para facilitar la retirada israelí y restaurar la paz en la región. Desde 2006, las fuerzas españolas han sido una pieza clave, liderando el Sector Este desde la base ‘Miguel de Cervantes’ en Marjayún, donde ahora patrullan y supervisan la tensa “Línea Azul” entre Hezbollah e Israel.
El recrudecimiento del conflicto, intensificado tras el inicio de la guerra en Gaza el 7 de octubre de 2023, ha llevado a más de 1.000 incidentes en la zona, incluyendo fuego cruzado que involucra a las fuerzas israelíes y Hezbollah. Al 15 de octubre de 2024, la FPNUL ha sufrido 334 bajas desde su creación, evidenciando el alto costo de la misión. Según el general de brigada Pablo Gómez Lera, comandante español del contingente, la presencia internacional ha sido crucial para evitar un conflicto de mayor escala, aunque no ha logrado frenar del todo la violencia.
Las operaciones en el sur del Líbano son un desafío constante. Las tropas enfrentan sobrevuelos de aviones israelíes y ocasionales ataques con misiles atribuidos a diversos grupos extremistas. La comunidad local, ya con 120.000 desplazados, vive bajo el temor de un nuevo estallido bélico. Recientemente, la misión de la ONU denunció la incursión de tanques israelíes en una de sus posiciones, lo que agravó la tensión en la frontera.
España ha reafirmado su compromiso con la misión, extendiendo su participación en diversas operaciones de paz hasta finales de 2023. En el Líbano, su contingente cuenta con aproximadamente 700 militares, siendo parte de un despliegue global que suma 3.000 efectivos en 16 misiones en cuatro continentes. La contribución española no se limita a labores de patrullaje; también incluye asistencia humanitaria y apoyo a las comunidades locales, lo cual es vital para reforzar la estabilidad y mejorar la vida de la población afectada.
El contingente multinacional de la FPNUL está compuesto por más de 10.500 efectivos de distintas nacionalidades, con unidades destacadas de Indonesia, India, Italia, Ghana, y Nepal, entre otros. Francia, por su parte, mantiene una fuerza de reserva lista para intervenir en caso de emergencia. En el escenario político, el presidente francés Emmanuel Macron ha instado al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a respetar las resoluciones de la ONU, lo que añade un componente diplomático a las tensiones.
Para los militares argentinos, como el coronel Pablo Sanzero, la misión representa una oportunidad de adquirir experiencia en operaciones internacionales de alta complejidad. La participación argentina podría ampliarse en el futuro, con un rol más activo en misiones de paz, dado el contexto global actual y la necesidad de adaptar las fuerzas armadas a estos desafíos.
La paz en el Líbano sigue siendo un objetivo esquivo. Mientras los enfrentamientos continúan, las fuerzas de la ONU intentan mantener la estabilidad y proteger a la población civil, en medio de un panorama que se agrava día a día.