Corea del Norte realizó este miércoles un nuevo disparo de misil balístico no identificado hacia el mar de Japón, el último de una serie récord de lanzamientos este mes, denunció el Ejército de Corea del Sur.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur “detectó un misil balístico de corto alcance lanzado por Corea del Norte desde Sukchon, en la provincia de Pyongyang del Sur, hacia las 15.31” (3.31 de la Argentina), señala una declaración del ente castrense que lo califica de “provocación”, sin dar detalles sobre el tipo de proyectil o la trayectoria del mismo, informó la agencia de noticias Europa Press.
Esta denuncia se produce en medio de un repunte de las tensiones en la zona durante las últimas semanas, informó la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
El Ejército surcoreano señaló además que el misil disparado la semana pasada por Pyongyang que sobrevoló la frontera marítima era uno del tipo SA-5, similar a uno empleado por Rusia en el marco de la guerra en Ucrania, tras el análisis de los restos localizados en la zona.
Fuentes militares subrayaron que estos restos presentan letras en cirílico (un sistema de escritura que se usa en ruso y otras lenguas eslavas), sugiriendo que Pyongyang pudo haber ensamblado piezas importadas y desarrolladas durante la era de la Unión Soviética, aunque recalcó que “no es posible confirmar si el misil es de fabricación rusa”.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Corea del Sur condenó “firmemente” el lanzamiento de la semana pasada e hizo hincapié en que Seúl “no tolerará ninguna provocación norcoreana que suponga una amenaza a la vida y la seguridad de los ciudadanos”.
El ministerio advirtió de que Corea del Sur “hará frente con las aplastantes capacidades con las que cuenta, a partir de la alianza entre Seúl y Washington”, después de que Corea del Norte haya disparado durante las últimas semanas decenas de misiles y proyectiles hacia el mar de Japón.
Estos disparos integran una secuencia abierta el 2 de noviembre por Corea del Norte en la que fueron disparados 23 misiles, más que en todo 2017, cuando Kim Jong-un y el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, se enzarzaron violentamente a través de los medios estatales y de Twitter.
Desde el 25 de septiembre, Corea del Norte ha utilizado mucho dinero para aumentar constantemente la tensión, por lo que debe mantenerla”, estimó Park Won-gon, profesor de la universidad Ewha de Seúl, citado por la agencia de noticias AFP.
Esos disparos coincidieron con unas maniobras militares conjuntas de las fuerzas aéreas de Estados Unidos y Corea del Sur, denominada “Tormenta Vigilante”, la más grande realizada hasta ahora, con cientos de aeronaves volando la zona.
Tormenta Vigilante puso en acción algunos de los aviones de combate más modernos de Estados Unidos y Corea del Sur, incluyendo los caza furtivos F-35.
Pyongyang intensificó sus lanzamientos de misiles en respuesta a estos ejercicios, que las considera un ensayo para una invasión de su territorio.
En septiembre, Corea del Norte había revisado su doctrina nuclear para permitirse realizar ataques preventivos en caso de amenaza contra el régimen de Kim Jong Un.
Si el “sistema de comando y control” nuclear de Corea del Norte está “en peligro de un ataque de fuerzas hostiles, se lanzará un ataque nuclear de forma automática e inmediata”, indica la nueva doctrina.
Seúl y Washington advirtieron que Corea del Norte podría realizar próximamente una prueba nuclear, que sería la séptima de su historia y la primera desde 2017.