Con la ilusión intacta, Russo prepara a Boca para un nuevo desafío mundial: “Hay que estar a la altura”

Miguel Ángel Russo volvió a ponerse al frente de un Boca mundialista. El entrenador Xeneize, que supo guiar al club a una final inolvidable en 2007, ya se instaló con el plantel en Miami, primera parada del histórico Mundial de Clubes con formato de 32 equipos, y no tardó en dejar en claro cuál es el horizonte del equipo: pelear hasta el final.

“Es un evento muy especial, muy importante. Boca es un club muy grande, habrá que estar a la altura”, declaró el técnico ni bien bajó del avión, rodeado de cámaras y micrófonos. “Argentina tiene un fútbol muy competitivo, y eso es lo que queremos mostrar”, agregó Russo, acompañado por una figura de peso como Edinson Cavani en la conferencia.

El técnico no esquivó la exigencia que impone la camiseta azul y oro ni la magnitud del certamen: “El objetivo es llegar a lo más alto. Hay equipos de mucha categoría. Más allá de que es la primera vez que se juega con este formato, juntar clubes de tanto nivel marca la importancia de este torneo”.

Uno de los temas centrales también pasó por el factor emocional. Russo destacó, como siempre, el rol de la hinchada boquense: “La gente de Boca en todo el mundo siempre aporta un plus. En Argentina, ni hablar. Estará en nosotros corresponder ese plus que nos da el hincha”.

El plantel viajó en vuelo chárter con 30 futbolistas, aunque aún hay piezas por definir. Juan Román Riquelme se quedó en Buenos Aires gestionando refuerzos: Marco Pellegrino, defensor del Milan, ya está cerrado, aunque arrastra una molestia muscular; Malcom Braida será inscripto tras destrabarse su situación; y se espera una resolución clave con Ayrton Costa, que aún no obtuvo la visa estadounidense por una causa judicial.

Además, Boca trabaja contrarreloj para cerrar el regreso de Leandro Paredes, con una cláusula de salida fijada en 3,5 millones de dólares por parte de Roma. Mientras tanto, Lucas Blondel y Luis Advíncula se sumarán luego de sus compromisos internacionales con Suiza y Perú.

Boca ya está en suelo estadounidense. La ilusión está encendida. Y Miguel Russo lo dijo sin vueltas: hay que estar a la altura de la historia. Porque si hay algo que aprendió el técnico desde aquel 2007 hasta hoy, es que en Boca, soñar con lo más alto no es una opción. Es una obligación.