La causa judicial por espionaje y seguimiento ilegal de la AFI que se investiga en el juzgado federal de Lomas de Zamora a cargo de Federico Villena ya acumula más de una treintena de personalidades del ámbito político que fueron “objetivos” de inteligencia clandestina durante el Gobierno de Mauricio Macri.
Entre los afectados también están los intendentes de Lomas, Martín Insaurralde y de Avellaneda, Jorge Ferraresi. Se suman a la extensa nómina y encabezan la expresidenta Cristina de Kirchner y Eduardo Duhalde, pero también varios dirigentes de Cambiemos como Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo. El actual senador por Neuquén Oscar Parrilli –cuyas escuchas habían sido difundidas en una precausa y cuya secretaria figura en la nómina de correos “pinchados” que denunció Cristina Caamaño- aparece nuevamente como una de las personas a las que el “raviol” de la exSIDE mantuvo bajo seguimiento.
Todos los condimentos del expediente lo convierten en el mayor escándalo ligado al espionaje de los últimos años. Es dable esperar que la semana próxima comience el desfile de citaciones para las víctimas del accionar ilegal de los espías, pero puede haber novedades antes. Será el paso previo a que se constituyan como querellantes.
Mesa judicial
Los frentes para los “cruzados” judiciales de Macri también amenazan con multiplicarse. Hoy, la camarista de Casación Ana María Figueroa enviará la contestación al amplio abanico de preguntas que le formuló el fiscal Ramiro González. Quienes conocen a la jueza aseguran que responderá de manera completa –alrededor de 200 carillas- con varios anexos. El margen de acción de Figueroa es estrecho: reveló en una entrevista periodística que sufrió presiones del Poder Ejecutivo –hizo referencia a un funcionario particular, aunque no hizo nombres- y señaló que no se sometió a esos mensajes. La secuencia remite a diciembre de 2015, cuando el ahora fiscal general Juan Bautista Mahiques le habría anunciado que su jefe formal, el exministro Germán Garavano, tenía planeado asistir a su balance de gestión como presidenta de la Casación. Renglón seguido le habría mencionado que la causa por la firma del Memorándum con Irán requería una firma de la jueza y que si eso no se agilizaba, Garavano pegaría el faltazo. En el plano de lo real, Figueroa no intervino, el expediente quedó abstracto por retiro de la apelación del Ejecutivo y Garavano concurrió al acto. No quita las presiones ejercidas por otras vías (medios) y con otros emisarios.
Más allá de que se llevará la marca el caso del juez Rodolfo Canicoba Corral y sus expedientes en el Consejo de la Magistratura, el órgano de selección y remoción de jueces activará una agenda vinculada al “lawfare” y la presión del macrismo a los jueces con las denuncias flojas de papeles que recibieron magistrados laborales y el propio Alejo Ramos Padilla. Ese torbellino adquirirá una dinámica propia en la cual, la “Mesa Judicial”, puede recibir nuevas malas noticias.