Ya está librada la orden de detención de Edgar Adhemar Bacchiani y sus principales laderos, y se dice que de un momento a otro la policía lo busca y lo guarda.
¿Qué hará el famoso Pelado? ¿Se comerá las uñas de los nervios? No, debe estar fumando un pucho lo más piola. Dicen que no hay nada que lo asuste, y que cuanto más quieran apretarlo más peligroso es para los políticos.
La tranquilidad del empresario se basa en que altos funcionarios, incluyendo ministros, pasaron por sus oficinas a retirar los bolsos en tiempos de campaña, y él tiene registrado todo. Pero hay más: en su hambre recaudador, lo hicieron pasar por el ARCA, la supercaja creada por el Gobierno, y Bacchiani, por sus operaciones… ¡pagó impuestos!
Con esto le sirvieron en bandeja la defensa, porque el máximo organismo recaudador de la provincia le cobró a Bacchiani, con lo cual no podrá ahora tachar de ilegítima su actividad.
¿Un narcotraficante podría pasar por Rentas a dejar un porcentaje de la cocaína que vende? No puede, porque lo suyo es ilegal. Si el Gobierno cobra impuestos participa, si participa no puede decir que la actividad es ilegal.
Y la fortaleza de Bacchiani está en esos recibos, por no mencionar los que tiene como proveedor del Estado. ¿Sería proveedor si no tuviera todo en regla?
Si quieren jugar él va a jugar… los peces más gordos no lo denunciaron porque no pueden justificar sus ingresos ni los montos de las operaciones que hacían. Si Bacchiani abre la boca, tiembla Casa de Gobierno.
Como para no temblar. Las cifras de las que se hablan en la causa son para hacer transpirar a cualquiera, y son millones y millones de dólares que desaparecieron en bolsos que circulaban por Catamarca como nueces confitadas.
¿De dónde salieron tantos dólares? ¿Cuántos millonarios hay en la provincia? Esas preguntas no son las que importan, sino otras dos: ¿quiénes son? ¿de dónde sacaron la plata?
Yo no lo sé, vos no lo sabés. Pero adiviná quién lo sabe: Bacchiani.
¿Alguien de verdad piensa que con meterlo preso él es el que más arriesga? Dicen los que saben que el Pelado tiene las cartas en la mano que pueden resolver la próxima elección. No será él el candidato, pero lo seguro es que van a caer varios atados a él si lo derrumban.