La doble visita presidencial programada para 24 de febrero y 2 de marzo, mostraba un protagonismo excluyente del intendente Gustavo Saadi, quien a diferencia de Provincia tenía varias obras para mostrar.
Alberto Fernández iba a ver el Nodo Tecnológico, iba a inaugurar la Plaza 25 de Agosto frente al Palacio municipal, y también iba a poner una escuela del Sistema Educativo Municipal, la “Principito”, para que se inaugure el Ciclo Lectivo del país.
De un segundo a otro, todo se desplomó. No hubo visita al Nodo, no habrá acto escolar en El Principito y no habrá inauguración de la Plaza de la Estación. ¡¿Qué pasó?!
Cuentas las malas lenguas que todo nació por un preocupadísimo colaborador de Raúl Jalil, que esperaba al presidente en la sede de Avenida Güemes para el acto por el aniversario del triunfo justicialista de 1946.
Ahí el hombre miró a su alrededor y vio pancartas de Gustavo Saadi, carteles de Gustavo Saadi, militantes seguidores de Gustavo Saadi y se asustó. Levantó el teléfono y dijo “Esto es un lanzamiento de Gustavo al lado del Presidente”.
La llamada se recibió en la fábrica Novatech, donde Alberto recorría instalaciones con Gustavo y Jalil.
“Que no vaya al Nodo, que no vaya”, se rogó. “¿Y qué decimos? Ya están saliendo”, fue la sorprendida respuesta. “Decí que hay quilombo, que hay manifestantes”.
Así se hizo y le avisaron al chofer de Alberto que enfilara para otro lado.
Claro, a los 10 segundos todos sabían que no había ninguna manifestación, y la “sangre” llegó al río.
“Hay que invisibilizar a Gustavo, se va a ‘robar’ el acto”, se ordenó.
Y se anticiparon al martes: “Que Alberto no inaugure la Plaza de la Estación, y ya elegimos otra escuela para el acto de las clases, que no vaya a una escuela municipal”.
Las órdenes llovían y nadie entendía nada.
¿Todo por unas pancartas? Parece que con la cabeza en el 2023 varios amigos del gobernador sintieron temor de posicionar a un posible rival en la interna, que políticamente lo puede pasar por encima.
Conclusión. Gustavo Saadi, que iba a ser protagonista de las dos visitas… ¡ni subió al escenario!
Una interna que asoma feroz y en la que el gobierno provincial se puede arrepentir de encender la mecha porque… ¿qué dirigentes se van a poner del lado de Jalil si la batalla empieza?