El panorama que se prevé para la producción agropecuaria en el último trimestre del año es desalentador desde el punto de vista climático: no habrá lluvias que favorezcan el desarrollo de los cultivos. Así lo indica el informe que publicó recientemente el Servicio Meteorológico Nacional para los últimos meses de este 2024.
Según el organismo meteorológico hay 81 % de probabilidad de desarrollo de La Niña, que se mantendrá durante toda la primavera y el verano, es decir que las perspectivas de lluvias serían deficitarias en casi todo el país.
Las peores previsiones se ubicarían en las provincias que forman parte de la denominada “zona núcleo”, donde están los mejores suelos y generalmente se logran los mayores rendimientos en los cultivos. No sólo habrá lluvias deficitarias sino que además las temperaturas se mantendrán por encima de lo normal, lo que llevará a que las plantas tengan mayores necesidades hídricas en un contexto netamente deficitario.
Estado y condición de los cultivos
El último Panorama Agrícola Semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) indicó que la siembra de maíz con destino grano comercial apenas llegó al 13,7%. Las labores se acentuaron en Entre Ríos, este de Santa Fe y en el centro bonaerense, zonas donde todavía hay humedad superficial pero se frenaron en casi toda la zona centro y se necesitan lluvias significativas antes del 15 de octubre para que muchos productores no se pasen a soja.
Los productores a los que se les consultó acerca del panorama actual detallaron que “si no llegan al menos 30 mm, no hay manera de continuar”. Otros más arriesgados podrían -teniendo en cuanta que por ahora existe una baja presencia de chicharrita- seguir apostando al maíz, siempre y cuando las lluvias lleguen a tiempo.
En cuanto al trigo, a nivel nacional, los datos aportados por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indican que el 45,3 % del área sembrada presenta una condición hídrica óptima y el 66 % informa una condición de cultivo de normal a excelente. Sin embargo, el panorama más complejo se vive en el NOA, donde comenzó la cosecha de los primeros lotes con rendimientos por debajo de la media y muchos piensan en triturar el grano para forraje en lugar de cosecharlo.
La situación del trigo se complica día a día en la región núcleo. Además, se advierte que, con esta sequía, con un marcado estrés térmico y en esta etapa del cultivo, el trigo está muy expuesto ante una helada o un golpe de calor.
Todas estas situaciones hacen que la campaña avance en cámara lenta, porque el retraso que se vive en la implantación de los cultivos se refleja en la evolución de los negocios a la hora de adquirir insumos.