El Gobierno espera ahorrar para lo que resta del año unos $50.000 millones por el nuevo esquema de segmentación de subsidios con topes de consumo que se presentó este martes.
Este recorte de equivale a más del triple de lo que se calculaba en su momento para el sistema tarifario anunciado por el ex ministro Martín Guzmán.
La parte más pronunciada del recorte fiscal tendrá impacto en las cuentas públicas el año próximo. De acuerdo a cálculos del secretario Rigo, esa cuenta sería de hasta 0,5% del Producto Bruto. Lo relevante es que el acuerdo todavía vigente con el Fondo Monetario Internacional prevé una reducción del déficit primario desde 2,5% en que debería terminar el 2022 hasta 1,9% el año próximo, es decir de 0,6 puntos porcentuales del PBI de diferencia.
De esta manera, casi todo el ajuste del gasto que debería hacer el sector público en 2023 según la hoja de ruta planteada con el FMI estará recostado sobre el nuevo esquema de subsidios con tope de consumo que empezará en los próximos meses. En términos nominales, calculó el Gobierno aunque con valores presentes, se trataría de unos $500.000 millones, algo que ya había estimado el equipo económico en un principio. El año que viene, se entiende, la nominalidad será muy distinta por efecto de la inflación.
La principal fuente de ahorro para estará explicado por el tope al consumo subsidiado de luz y de gas, que de ese número total representará unos $445.000 millones durante 2023. Los $45.000 millones restantes llegarán por el rediseño del sistema de subvenciones al agua potable.