“El país necesita un Presupuesto para ser serio”, afirmó el gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto, tras reunirse en Casa Rosada para discutir las deudas que la Nación mantiene con su provincia. Sin embargo, los desacuerdos entre el Gobierno y las provincias complican la aprobación del Presupuesto 2025 presentado por el presidente Javier Milei en el Congreso.
El proyecto, basado en el principio de “déficit cero”, está trabado en la Cámara de Diputados. Los gobernadores exigen incluir partidas para sus provincias, como la coparticipación de excedentes del Tesoro, la recaudación de ciertos impuestos y el pago de deudas previsionales. Estas demandas, aseguran, representarían apenas el 0,2% del PIB y no afectarían el equilibrio fiscal.
Desde la Casa Rosada, insisten en que los gobernadores especifiquen qué áreas recortar para financiar los gastos adicionales. “La cuenta debe seguir dando cero”, remarcaron fuentes del Ejecutivo. Por su parte, los mandatarios provinciales responsabilizan a la Nación por definir cómo cumplir con las leyes y pactos preexistentes, y advierten que los conflictos podrían terminar judicializados.
El reclamo de las provincias también incluye la compensación por el Pacto Fiscal 2017 y el pago de deudas por las 13 cajas previsionales no transferidas a la Anses, respaldado por fallos judiciales. Sin embargo, acusan al Gobierno de priorizar el pago de deudas a la Ciudad de Buenos Aires mientras desatiende las demandas del resto del país.
El miércoles pasado, los gobernadores de Juntos por el Cambio pidieron una reunión con la cúpula libertaria para discutir el tema, pero no obtuvieron respuesta. Mientras tanto, desde el oficialismo aseguran que no les preocupa la falta de aprobación del Presupuesto, ya que podrían prorrogar por decreto el de 2023.
Sin embargo, la oposición advierte que esta medida enviaría un mal mensaje a los mercados e inversores internacionales, complicando el plan económico del Gobierno y retrasando medidas clave como el levantamiento del cepo.
Por ahora, en Balcarce 50 se mantienen firmes: si no hay garantías de aprobación, no convocarán a sesiones extraordinarias para tratar el proyecto. El tiempo apremia, y el Presupuesto 2025 sigue en la cuerda floja.