El gobernador Raúl Jalil, reciente ganador de las elecciones por segunda vez, con el objetivo personal cumplido parece dispuesto a traicionar nuevamente al peronismo, avanzando en beneficio propio y burlando a la militancia peronista.
Jalil ganó como gobernador dos veces, en 2019 y 2023, a pesar de que no goza de popularidad alguna, no tiene línea propia, militantes propios ni imagen positiva. Al contrario, genera abierto rechazo en la mayoría de la sociedad, que lo ve como un empresario ambicioso, sin cercanía ni interés por la gente y con un obsesivo enfoque en los negocios particulares y el dinero.
¿Y por qué ganó? ¿Magia? No, ganó porque en 2019 se subió a la ola de votos de Lucía Corpacci y en 2023 se subió a la ola de votos de Gustavo Saadi. Sin ellos no hubiera ganado nunca y todos lo saben. ¡Si en la campaña lo escondieron! Vean los afiches de la ciudad, ni aparece Jalil. Todo es Gustavo Saadi, porque Jalil es piantavotos.
Vamos, que no estamos diciendo ningún secreto.
Jalil es gobernador hace años y ni siquiera le dieron la presidencia del PJ: así de insignificante es políticamente.
El tema es que Jalil estaría pagando mal el favor y habría avanzado con otra sucia jugarreta.
Jalil se juntó con los perdedores de la UCR para regalar nombramientos y cargos, a cambio de que lo dejen avanzar con su plan personal.
Como es de imaginar, el peronismo, el verdadero peronismo, está en llamas.
Claro, salieron a la calle a hacer campaña y a juntar votos para Jalil, que ahora se pone a nombrar más y más radicales en el Gobierno, y hasta regala plantas permanentes en la Legislatura ¡para familiares y amigos de los radicales! Los militantes justicialista, una vez más, quedan como los hijos de la pavota.
Tanto becado y precarizado que hizo campaña, y ahora les cierran las puertas otra vez. Pero para la oposición hay mucho lugar, y no para barrer la calle o ser ordenanzas: arreglaron lugares en Camyen, Capresca y donde hay platita fresca.
Es tan grande el escándalo que no solo los peronistas se enojaron, también los radicales de verdad, los que no se vendieron, que están denunciando esta transa de la casta.
¿Ya lo votaste? Ajo y agua… a joderse y aguantarse. La próxima pensalo mejor.
El catucho
