Un soldado sin camisa destroza dos botellas de vidrio juntas que caen sobre una pila de cascos en el piso, mientras el líder norcoreano, Kim Jong-un, mira sonriente.
El hombre está acostado sobre los escombros y un camarada le coloca un bloque de concreto en el pecho que luego quiebra con un mazo.
La escena fue parte de un despliegue de actos que desafían el dolor a cargo del ejército norcoreano, en la apertura de una exhibición militar este martes que mostró las ojivas nucleares del país.
Los soldados, algunos con uniforme y otros sin camisa, quebraron bloques de concreto con los puños o con la cabeza.
Otros soportaron golpes en el brazo o la mano y uno se acostó sobre un lecho de clavos mientras le rompían un bloque de concreto en el pecho.
El gobernante Kim observaba mientras aplaudía y sonreía, rodeado de oficiales y con su hermana y consejera, Kim Yo-jong, a su lado, según las imágenes divulgadas por la televisora estatal KCTV.