Se terminó la polarización en Argentina, donde históricamente sólo dos partidos se disputaban el poder. Primero eran peronistas y radicales, después kirchneristas y macristas. Ya es pasado. Hoy la Argentina vió caer a las principales alianzas, y las dos perdieron contra un rival que nadie imaginó. Ni una alianza ni un partido político: los dos grandes aparatos perdieron contra una sola persona, un expanelista de televisión que expresando su odio a la casta, levantó más de 7 millones de votos.
Milei no tiene estructura, no tiene gobernadores, no tiene nada. Pero ahora tiene la mayoría de los votos. Y ya nada será igual.
Peronistas y radicales-macristas ya no se disputan el poder entre ellos: ahora tienen miedo de quedar afuera del ballotage. Bienvenidos a la Argentina, donde todo es posible.
¿Por qué pasó esto? ¿Por qué gana un candidato que habla de venta de órganos, de una bomba en el Banco Central, libre portación de armas y pornografía en las escuelas? Posiblemente porque no lo votaron a él. Votaron en contra de los demás.
Cristina fracasó y votaron a Macri. Macri fracasó y votaron a Alberto. Alberto fracasó, y la gente se hartó. La gente les dio la oportunidad a todos, y todos fallaron.
Macri criticaba el dólar a 9 pesos y lo llevó a 50. El peronismo criticó el dólar a 50 pesos y lo llevó a 600. Macri prometió terminar con la inflación en cinco minutos y pobreza cero. Alberto llevó la inflación al 110 por ciento.
Las propuestas de Milei no interesan: lo que Milei dice es que se vayan todos. Con eso ganó. Le alcanzó y le sobró. Todo mérito de los fracasos anteriores.
Ganó Milei y perdieron todos los demás, es la única realidad. Unión por la Patria y Juntos por el Cambio perdieron millones de votos. No puede festejar nadie, hicieron un desastre.
En Catamarca, Juntos por el Cambio hizo un papelón. Raúl Jalil, que en 2019 ganó con los votos de Lucía Corpacci, ahora zafó arrastrado por los votos de Gustavo Saadi, y José Jalil Colomé se metió en la discusión sacando más votos que Flavio Fama y Rubén Manzi.
Muy difícil, casi imposible, que acá se de vuelta la historia. En Nación, en cambio, no hay pronóstico posible. Porque nadie va a sacar más del 50 por ciento de los votos. Entonces todo se va a definir en un ballotage, pero al ballotage entran dos solos, y hoy tenemos casi un triple empate: 30-28-27.
Ya hubo como 20 elecciones. Pero sepan que el verdadero juego político recién empieza. Y será en una nueva era para el país.