Daiana Castillo y los dos amigos junto a los que fue asaltada creyeron que había sido solo una desgracia con suerte; que del violento asalto que sufrieron solo quedaba por lamentar eso, el robo de una moto. Sin embargo, tres días después del brutal episodio, Daiana, de 22 años, murió a causa de una grave infección en el hospital que ahora su madre acusa de negligencia.
“¡Me dejaron en cama, me explotaron mi parte intima! Qué injusto que lacras como esos estén andando en la calle como si nada. Ayuden a encontrar a esos hdp y la moto que, como todos saben, siempre cuesta tener lo de uno. Les agradezco de corazón si comparten y nos ayudan”, había publicado en su perfil de Facebook Ayelén Daiana Noemí Castillo el domingo 7 de junio pasado, horas después de que la asaltaran en la localidad de Villa Centenario, en Lomas de Zamora.
Ese día, Daiana, que trabajaba en un puesto de ropa en la feria de La Salada, terminó de preparar pedidos con su amiga Marilú Ortega, también de 22 años, a la madrugada. Se maquillaron y decidieron salir junto a un amigo, Franco, a la casa de otro joven. Cuando Franco las llevaba de vuelta a sus casas, sin embargo, en la esquina de las calles Puerto Argentino y Espronceda, los cruzó un auto Volskwagen gris con cuatro ocupantes armados. Franco los esquivó pero en la cuadra siguiente los volvieron a interceptar en una maniobra que los hizo caer al suelo.
“Íbamos en la moto con mi amigo, yo en el medio y ella atrás. ‘Subí’, le dije. ‘No, andá vos en el medio que sos más chiquita’, me respondió. Nos reímos, no sabía que me iba salvar la vida”, escribió Marilú sobre esa noche. “Dai voló contra el cordón, yo en el asfalto en el medio y mi amigo del otro lado. Sentí como me rebotó la cabeza en el piso, abrí mis ojos y lo estaban apuntando a Franco. Me paré, me saque el casco y se me vino uno encima apuntándome. Miré al costado y Dai estaba tirada en el piso”, relató Marilú.
En ese momento, según se pudo reconstruir de acuerdo al relato de los testigos y de la propia víctima, el auto dio marcha atrás y pasó por arriba de sus piernas en dos oportunidades, mientras ella gritaba por el dolor y suplicaba que paraban. “Hijo de puta, ya estábamos mal y me la pisó. Ninguno nos resistimos, ya tenían la moto”, se lamenta su amiga. En ese momento, los delincuentes se dividieron entre la moto y el auto y escaparon.
Daiana, que estuvo consciente en todo momento, fue trasladada al Hospital Gandulfo, donde la encontró cerca de las cinco de la mañana Alicia Cáceres, su mamá, quien cuenta que la encontró “más muerta que viva” en una camilla en los pasillos del hospital. “Nadie la atendía. Tuve que pelear con todo el mundo”, recordó la mujer en diálogo con Diario Conurbano, que explicó además que recién a las dos de la tarde una cirujana apareció para coserla y que le aseguraron que no estaba grave ni fracturada, sino que solo tenía un corte. “Cuando llegó la cirujana, no le limpió la herida. Ella estaba llena de barro, le hizo los puntos así y me dice ‘llévatela’”. Su amiga Marilú también apuntó contra el Gandulfo por el trato que recibieron ella y su amiga tras el asalto.
Después de recibir el alta, si bien Daiana parecía estar en buen estado de salud, con las horas fue empeorando. El martes, como su hija gritaba por el dolor, Alicia decidió llevarla de nuevo al hospital, donde debió ser operada.
“La ginecóloga le corta los puntos y me pregunta: ‘¿quién le hizo esto?, ¿quién es la asesina que le hizo esto?’. Me dijo que le iban a hacer una tomografía, que estaba con una infección muy grande y estaba grave”, contó su mamá. “Le pusieron una anestesia y no le agarraba de la infección que tenía, ella gritaba de dolor y pedía que la ayuden. A las 10 de la noche entró en cirugía, salió a la madrugada, y cuando estaba reaccionando viene uno y me dice que no podía respirar y la tenían que dormir porque estaba grave. Me dijeron que la entubaban y que me preparara para lo peor”.
Luego, Daiana sufrió tres paros cardíacos y murió el miércoles. “Yo estaba en la sala de espera y nadie me avisó nada, nos trataron muy mal, me la mataron en ese lugar. La trataron peor que a un animal”, dijo la mujer.
El sábado, mientras su familia la despedía a Daiana en una ceremonia íntima por las medidas de prevención por la pandemia de coronavirus, efectivos de la Comisaría N°7 de Villa Centenario detuvieron a un joven de 19 años, apodado “Anquito”, en una casa ubicada en la calle Lope de Vega al 1400 en Villa Rita, también en Lomas de Zamora.
En el operativo, la policía encontró además una pistola calibre 22 largo marca Bersa, que habría sido la que usaron los delincuentes en el robo a Daiana y sus amigos. El arma, además, tenía pedido de secuestro por un homicidio ocurrido en marzo de este año en Lanús. La causa por “robo agravado, homicidio, tenencia ilegal de arma y encubrimiento” quedó ahora en manos de la UFI N° 4 de Lomas de Zamora, a cargo de Silvina Estévez, que indagará en las próximas horas al sospechoso y está tras el rastro de sus cómplices.