Diez años ya, y cada vez que el gobierno quiere distraer a la población y no tiene con qué marcar la agenda política hace lo mismo, larga la genial idea de la reforma constitucional.
Vamos chicos, un poco de creatividad, pónganle onda. ¿No se les ocurre otra cosa?
¿Cada dos meses se va a discutir lo mismo? ¿No están al tanto de otros problemas, de otras urgencias de la gente?
¿No quieren hablar de los cientos de nombramientos de índices ñoquis que se hicieron al mismo tiempo que le dicen a los trabajadores que no hay plata para aumentos?
¿No quieren hablar de la compra de terrenos por 100 millones (cuando valían mucho más que ahora) para hacer un gran Polo de Salud que no se hizo porque se prefirió hacer una refacción en el San Juan Bautista que tampoco se hizo?
¿No quieren hablar del saqueo a los afiliados de OSEP que además de pagar la cuota tienen que comprar la orden y pagar el plus y pagar los medicamentos?
¿No quieren hablar de cómo Fiambalá se está convirtiendo en una provincia China?
¿No quieren hablar de los funcionarios que estaban prendidos en el caso Bacchiani y de las otras financieras, incluida la familia de Jalil, y que el caso lleva casi dos años y nunca le devolvieron la plata a los estafados?
¿No quieren hablar del crimen del ministro Juan Carlos Rojas que era uno de ustedes, se sentaba en las reuniones de gabinete, y nunca esclarecieron nada?
¿No quieren hablar del Tribunal de Cuentas que se armó en la provincia con exministros del Ejecutivo para que nunca jamás investiguen nada?
¿No quieren hablar del nombramiento de jueces y fiscales a dedo porque desarmaron en Consejo de la Magistratura?
¿No quieren hablar de los millones que gastan en pauta, encuestas y publicidades con empresas foráneas?
¿No quieren respetar la constitución que tenemos en vez de armar otra?
Y bueno, vamos con la reforma constitucional, es más cómodo y más lindo, y siempre algún diputado se engancha.
El catucho