En la mañana del viernes 6 de junio, vísperas del Día del Periodista, comunicadores catamarqueños se reunieron para celebrar una misa de acción de gracias en el Camarín de la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle. La ceremonia fue presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el padre Marcelo Amaya, responsable de la Pastoral de Comunicación Social.
La celebración se vivió con un profundo clima de fe y reflexión, en cercanía con la Madre Morena y con la figura inspiradora del Beato Mamerto Esquiú, considerado modelo de periodista. Los profesionales presentes participaron activamente en la liturgia, guiando la celebración, proclamando la Palabra de Dios y presentando sus intenciones personales y comunitarias.
En su homilía, Mons. Urbanč destacó el valor de la vocación periodística: “Estamos celebrando esta Eucaristía para pedir por los periodistas, por aquellos que tienen una función social muy importante: ser comunicadores”. Y agregó: “María está con nosotros, nos acompaña y nos invita a que escuchemos a Jesús”.
Al reflexionar sobre el Evangelio de Juan, el obispo subrayó que la verdad es el pilar de todo periodismo con vocación de servicio. “Jesús dice: ‘La verdad los hará libres’. Pero no es mi verdad, sino la Verdad que es Dios”, expresó, y recordó que quienes ejercen el periodismo deben “transmitir que la fe cristiana… es la fe del amor, de la relación respetuosa con el otro, donde Dios está en el medio y genera ese vínculo”.
En ese sentido, invitó a los periodistas a invocar al Espíritu Santo: “Un periodista debe ser un gran devoto del Espíritu Santo, debe invocarlo para que lo ilumine y sepa qué debe decir y cómo lo debe decir, y qué debe callar”.
A lo largo de su mensaje, el obispo remarcó que la tarea del periodista requiere profundidad, reflexión y formación sólida: “Un periodista debería hacer reflexiones profundas sobre las realidades de la vida; qué es la vida, el amor, la justicia, pero con un profundo contenido antropológico, teológico, trascendente”. Añadió que “todo necesita una filosofía, una reflexión sapiencial para que nos lleve a la verdad”.
Advirtió también sobre el rol formador del periodismo y la responsabilidad que eso implica: “No podemos vivir sólo de información, tenemos que formar y para formar hay que ser muy cauto, porque puedo deformar”. Por eso, afirmó que el periodista “tiene que estar bien formado para poder formar, tiene que tener muy buenos criterios y una escala de valores, para que eso lo ayude a servir con su profesión a toda la sociedad”.
Finalmente, Mons. Urbanč afirmó: “Así como a Pedro le dice: ‘Sígueme’, también a cada periodista, Jesús le dice lo mismo”, e invitó a renovar el compromiso con la verdad y con Dios. “No nos quedemos con una religiosidad que sea una apariencia, tiene que ser verdad. Y la verdad se juega en el cara a cara con Dios”.