Un bombardeo destruyó un shopping de Kiev y decretan un nuevo toque de queda en la capital

Los cohetes fueron lanzados por las tropas rusas en el distrito de Podilsk. El edificio quedó destruido y las áreas residenciales adyacentes quedaron muy dañados

La situación humanitaria continúa empeorando en las principales ciudades ucranianas bajo el fuego de los ataques de Moscú. El número de refugiados ya ascendió a casi 3,5 millones de personas. Las fuerzas rusas bombardearon un shopping en Kiev y ya hay ocho fallecidos; la ciudad anunció un toque de queda. Además, Rusia dio un ultimátum a Mariúpol, ciudad estratégica ucraniana, para que rindiera en pocas horas, pero el gibierno ucraniano lo rechaza y llama a sus tropas “a detener las hostilidades”.

Los ciudadanos ucranianos, en su mayoría mujeres, niños y personas mayores, que han dejado su país a consecuencia de la invasión rusa se elevan a 3,48 millones, según las cifras que muestra hoy la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

Polonia ha recibido a más de dos millones de estos refugiados, mientras que cientos de miles han salido de Ucrania hacia las también vecinas Hungría, Eslovaquia, Moldavia, Rumanía, Rusia y en menor medida Bielorrusia, de acuerdo con las estadísticas que actualiza a diario la agencia de Naciones Unidas.

El flujo de refugiados se ha frenado ligeramente en las últimas dos semanas, pero sigue sin detenerse, y ACNUR expresó el temor a que se acelere debido a recientes ataques en el oeste de Ucrania, que hasta entonces había permanecido relativamente ajeno al conflicto y se había convertido en refugio de ucranianos venidos del este.

Entre refugiados y desplazados internos, ACNUR teme que unos 10 millones de ucranianos, casi la cuarta parte de la población total del país, se han visto obligadas a dejar sus hogares, en palabras del alto comisionado de ACNUR Filippo Grandi.

Bombardeo a shopping en Kiev

El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, anunció que instaurará un nuevo toque de queda en la capital ucraniana a partir del lunes por la noche hasta el miércoles por la mañana.

En la noche del domingo al lunes, un bombardeo alcanzó un centro comercial en el noroeste de la capital con un saldo de al menos ocho muertos, confirmó Vitali Klitschko.

Según Klitschko, seis inmuebles residenciales, dos escuelas y dos guarderías en las cercanías del centro comercial también resultaron dañados.

Ucrania se opone al ultimátum

Ucrania rechazó el lunes el ultimátum ruso para entregar la asediada ciudad portuaria de Mariúpol, mientras en la capital ucraniana un bombardeo mató a al menos seis personas.

La vice primera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, rechazó el ultimátum ruso y exigió a Moscú abrir corredores humanitarios para facilitar la salida de unas 350.000 personas atrapadas en la ciudad.

“No se puede hablar de entregar armas. Ya informamos de esto a la parte rusa”, declaró al diario Ukrainska Pravda.

“Es una manipulación deliberada y una auténtica toma de rehenes”, añadió.
Rusia dio la noche del domingo un ultimátum a las autoridades ucranianas para que las fuerzas de Mariúpol se rindieran antes de las 05H00 (03H00 GMT) del lunes.

“Llamamos a las unidades de las fuerzas armadas de Ucrania, batallones de defensa territorial y mercenarios extranjeros a detener las hostilidades, deponer sus armas”, dijo Mikhail Mizintsev, jefe del Centro Nacional de Control de Defensa de Rusia.

Rusia llamó a las fuerzas ucranianas a salir de la ciudad de Mariúpol, en el sureste de Ucrania, con plazo del lunes antes del mediodía (día y hora local de Ucrania).

“La salida organizada de la ciudad se efectuará de la siguiente forma: de 10 a 12 horas todas las unidades armadas de Ucrania y los mercenarios extranjeros sin armas y municiones (podrán abandonar la localidad) por una ruta acordada con Ucrania”, dijo Mijaíl Mizintsev, jefe del Centro de Control de la Defensa Nacional de Rusia.

La toma de esta ciudad estratégica puede significar la apertura de un corredor hacia las regiones separatistas del Donbás, por donde las tropas rusas circulan con comodidad, reduciendo el estatus otorgado de repúblicas populares. “Entreguen las armas (…) Todos los que depongan las armas tendrán garantizada una salida segura”, dijo Mizintsev.

Mariúpol ha sido bombardeada durante semanas y sufre escasez de agua, gas y electricidad. Las autoridades locales acusaron ejército ruso de haber bombardeado la víspera una escuela de arte allí que servía de refugio a varios cientos de personas, asegurando que los civiles quedaran atrapados bajo los escombros.

“Los ocupantes rusos arrojaron bombas sobre la escuela de arte G12 ubicada en la margen izquierda de Mariúpol, donde 400 habitantes -mujeres, niños y ancianos- se habían refugiado”, señaló el municipio.

La situación humanitaria en Mariúpol, como en otras ciudades sitiadas, es terrible. Un grupo de 19 niños, la mayoría huérfanos, se encuentran “en gran peligro”, atrapados en un sanatorio porque sus tutores no pueden recogerlos debido a los combates.

Hacer “algo así a una ciudad pacífica (…) es un acto de terror que se recordará incluso en el próximo siglo”, afirmó el presidente ucraniano Zelenski en un discurso ayer.

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