Un año perdido en las escuelas

Con la aparición de los primeros casos de coronavirus en Catamarca y el retorno a la fase uno de la cuarentena, se confirmaron dos noticias: el aislamiento se extiende como mínimo hasta el 20 de julio, y las clases, contrariamente a lo anunciado y deseado, no comenzarán el 3 de agosto.

Lo confirmó el ministro de Educación, Francisco Gordillo, quien estimó que con suerte el regreso de los chicos a las aulas podría ser en septiembre.

Mientras tanto se sigue hablando de clases no presenciales, enseñanza virtual, cuadernillos, plataformas, etc., pero es hora de decirlo sin rodeos: en las escuelas, el año ya está perdido.

Hay alumnos que en este 2020 fueron a la escuela cinco, ocho días, y con suerte deberían volver en septiembre. Y si lo hacen, serán en grupos, con menos alumnos, en distintos horarios.

Se sigue dando vueltas al asunto, cuando parece ser el momento de asumir que el 2020 ya debería tacharse del calendario educativo y pensar en otra cosa, lo demás es parecido al autoengaño. Los chicos no estudian ni aprenden de esta manera, y aunque haya que dibujar algún sistema para seguir pagando a docentes, aunque los privados cobren sus cuotas, la enseñanza se hundió en las profundidades del océano y hay que asumirlo de una vez.

Atención, no es culpa de nadie. No es culpa de autoridades, de maestros, de padres ni alumnos. Pero es la realidad. Dicen que el primer paso para superar un problema es aceptarlo, entonces aceptemos que el Ciclo Lectivo no existe, y dejemos de simular que los alumnos están aprendiendo, porque llevan meses en sus casas, y seguirán allí.

Cualquier otra mirada se puede respetar, pero poco tiene que ver con lo que pasa.

Pensemos en los chicos de nivel inicial. ¿Qué pueden hacer en la casa? El objetivo de ese nivel es socializar, compartir, adaptarse. No pudieron avanzar nada.

Pensemos en los chicos de primer grado de la primaria o del primer año del secundario. Nada pudieron hacer para dar sus primeros pasos en el nuevo ámbito. Es una utopía que se los pueda pasar a segundo grado o año con esa experiencia.

Imaginemos a los alumnos que egresaban este año. No hicieron nada, y más de una familia se agarra la cabeza porque pagaron costosos buzos y hasta viajes que no hay manera de hacer.

¿Y los que tenían materias previas? ¿Y los que buscaban llegar a ser abanderados? ¿Y los que tienen más dificultades que otros para aprender?

Los alumnos no pueden aprender solos completando tareas que les mandan por celular.

No es culpa de nadie, pero el tema es muy serio, y si seguimos mintiéndonos entre todos haciendo de cuenta que no pasa nada y al ciclo lectivo avanza, les vamos a hacer un gran daño a los estudiantes de todos los niveles.

El Catucho.

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